Guzmán, se presentó ante el juez, como un ex empleado del estudio Halperín -profesor emérito de la Universidad del Salvador y maestría en la Universidad de la Sorbona en París en temas del Mercosur- para sostener que sus presentaciones a la DGI habrían sido, supuestamente, adulteradas por el contador Dubin. La misma denuncia fue presentada por Guzmán ante la DGI para que promueva una investigación para determinar el posible grado de evasión en el cobro de honorarios por parte de los grandes estudios jurídicos.
En su denuncia, Guzmán sostuvo que trabajó en el Estudio Halperín desde 1994, como abogado interno con una facturación de honorarios en forma mensual y fija con más de un medio aguinaldo. Señaló que toda su situación ante la DGI, por orden de Halperín, estaba a cargo del contador Dubin, quien debía presentar las declaraciones juradas anuales y de ley. Agregó que al desvincularse, en agosto del año pasado, advirtió irregularidades al retirar su documentación.
Explicó que en el libro IVA - Ventas aparecían (supuestamente) facturas por sumas importantes que negó haber librado. Dijo, además, que entre 1996 y 1997 aparecieron facturadas "sumas altamente superiores sin su consentimiento. "Cuando expiraban los plazos para las declaraciones juradas, Dubin me hacía llegar un formulario para que la firme, pero luego no lo presentaba sino que cuando el Estudio Halperín lo consideraba beneficioso, tardiamente, se presentaba otra declaración jurada con mi firma falsificada", sostiene Guzmán en su denuncia ante el juez Velazquez.