El estado de Nueva York (noreste) aceptó pagar ocho millones de dólares a 1.280 prisioneros que se encontraban en la penitenciaría de Attica cuando fue tomada por la policía durante el motín que estalló en esa prisión en 1971. La medida fue dispuesta por el juez Michael Telesca de la jurisdicción de Rochester y mediante el acuerdo logrado por intervención judicial se puso fin a todo juicio individual o colectivo contra el estado neoyorquino por parte de los detenidos.
El estado de Nueva York aceptó también pagar cuatro millones de dólares para gastos legales realizados en el curso del largo pleito. El motín en la prisión de Attica, del que resultaron 43 muertos y numerosos heridos, es la página más negra de la historia penitenciaria estadounidense. Los presos se apoderaron de la prisión y tomaron 40 rehenes, pidiendo mejores condiciones de detención y oportunidades educativas.
Luego de cuatro días de negociaciones, la policía invadió la prisión, en las afueras de Búfalo y la ocupó, con el resultado de 43 muertos y un número indeterminado de heridos.
En 1971 un tribunal de apelaciones calificó la acción de la policía de "orgía de violencia". Una "audiencia de justicia" para las partes interesadas fue fijada para el 14 de febrero. El acuerdo entrará en vigencia hacia fin de año.
El acuerdo, sostiene lo siguiente, en líneas generales:
- Se reconoce que algunos presos fueron heridos el 13 de septiembre de 1971, y deben ser compensados.
- Ninguno de los acusados ni el estado de Nueva York admite haber actuado incorrectamente.
A su término, tanto el juez Telesca como los abogados emitieron una declaración que expresa textualmente: "Nos sentimos gratificados de que este histórico caso haya terminado y de que nuestros clientes o sus sucesores vayan a recibir pronto una compensación monetaria por los daños sufridos.Caso 2
Un juez neoyorquino decidió congelar este martes la cuenta de una mujer pobre de Brooklyn que por error recibió más de 700.000 dólares pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Obviamente cuando se concretó la orden del juez, la mujer ya había gastado parte del dinero, creyendo que era parte de una rifa que compró un año antes. Las cuentas bancarias de la beneficiaria y de la ONU solo diferían en la última cifra.
Entre febrero de 1998 y octubre de 1999, Susan Makador, madre soltera de 40 años, recibió en trece giros a su cuenta de la Chase Manhattan la suma de 701.998,94 dólares que iban a ser destinados al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Makador asegura que en 1997 compró billetes de una "lotería internacional" y creyó que estaba recibiendo el primer giro del dinero que había ganado. Los giros continuaron durante 18 meses sin que nadie se alarmara en la ONU.
El abogado de Makador afirma que por no haber reclamado la restitución de estos fondos en el plazo legal de 90 días, la ONU perdió la posibilidad de recuperar el dinero. Tras un llamado de alerta de la entidad de la ONU, la Chase congeló la cuenta de su cliente, que en todo este tiempo había gastado 250.000 dólares en el pago de todas sus deudas, la compra deuna lavadora automática y la educación de sus hijos.
Sin embargo, el juez Cozier, de la Corte Suprema de Nueva York, aceptó el martes la demanda de la ONU de congelar la cuenta hasta que se aclare el asunto. "La Organización de las Naciones Unidas considera que ese dinero pertenece al Programa para el Medio Ambiente y no a la persona privada en cuestión", dijo un portavoz de las Naciones Unidas.