Las partes pueden apelar, a más tardar el mediodía del martes, la decisión de la High Court, dada a conocer por el juez Maurice Kay. El gobierno belga hizo saber que probablemente interpondrá recurso de apelación. También las organizaciones humanitarias, entre ellas Amnistía Internacional (AI), anunciaron que recurrirán el fallo. Sin embargo, son pocas las dudas que quedan sobre el destino final del anciano general, quien, al parecer, regresará a su país. AI calificó la decisión del tribunal londinense como "un golpe en la cara de las víctimas" de la dictadura pinochetista. El presidente de la sección alemana de AI, Nils Geissler, tildó de "cínico" el hecho de que un "violador de los derechos humanos- como Pinochet pueda evadir un juicio penal por razones humanitarias".
Se prevé que el próximo lunes se lleve a cabo la audiencia sobre el recurso de apelación que eventualmente presente Bélgica. Sin embargo, no es seguro que el secretario del Interior británico, Jack Straw, espere tanto tiempo antes de poner en libertad a Pinochet. Expertos en derecho estiman que los recursos de apelación tienen muy pocas perspectivas de prosperar. La Comunidad Económica Europea, fundamentalmente España e Inglaterra, no quieren verse expuestas a sanciones económicas o a la pérdida de intereses estratégicos.
Bélgica y las organizaciones defensoras de los derechos humanos habían exigido que se hiciera público el informe sobre el estado de salud de Pinochet y que el ex dictador chileno fuera sometido a nuevos exámenes médicos para determinar si realmente podía o no afrontar un juicio. Sin embargo, el juez Kay del Tribunal Superior británico dijo que es "totalmente contrario" a que se dé‚ a conocer el resultado del informe médico sobre Pinochet. El magistrado argumentó que el secretario del Interior ya había recibido un informe imparcial realizado por un equipo internacional de distinguidos médicos y que por ello era inoportuno pedir una nueva revisión.
El juez también rechazó la acusación formulada por el gobierno belga en el sentido de que Straw había apoyado de forma insuficiente la solicitud de extradición contra Pinochet. "Ahora le corresponde al ministro (Straw) tomar una decisión definitiva", anunció Kay. Según Straw, el examen médico aplicado a Pinochet dio como resultado que su estado de salud no soportaría un juicio en España, razón por la cual el ministro británico manifestó que se inclinaba a favor de la liberación de Pinochet y su repatriación a Chile. Kay dijo al respecto que había llegado a la conclusión de que los acusadores carecían de argumentos para sustentar la opinión de que Straw había actuado "de forma ilegítima, injusta e irracional".
Un avión Boeing 707 de la Fuerza Aérea chilena espera desde el pasado fin de semana en la base militar de Brize Norton para llevar de regreso a Chile al ahora senador vitalicio, de 84 años. Por otra parte, Bélgica anunció que no acudirá al Tribunal Penal Internacional de La Haya. Un vocero del Ministerio belga de Relaciones Exteriores indicó al respecto que Bruselas quiere evitar un conflicto político con Gran Bretaña. Los dos países son miembros de la Unión Europea.
El juez español Baltasar Garzón ha imputado a Pinochet por violaciones de los derechos humanos durante el régimen de facto encabezado por el ahora general retirado (1973-1990). El juez de la Audiencia Nacional española pidió la extradición del ex dictador chileno a España para someterlo a juicio.
Además de España, Bélgica, Suiza y Francia han pedido la extradición de Pinochet. Bélgica ha sido el único de esos países - junto a las organizaciones de defensa de los derechos humanos- que contestó la decisión preliminar de Straw, del pasado 11 de enero, de poner en libertad a Pinochet por motivos de salud. La decisión final de Straw fue pospuesta para permitir que se presentaran recursos.