- Existe satisfacción por el hecho de que el ministro de Interior, Jack Straw actuara legal, justa y racionalmente en relación con el proceso de consulta y de no divulgación del informe médico. Los argumentos contrarios no son admisibles.
- No existen fundamentos para acceder a las demandas de Bélgica, en la medida en que, como arguyó Jonathan Sumption, abogado del ministerio de Interior, el procedimiento por el cual los expertos fueron seleccionados e informados fue imparcial.
- Por ello es inapropiado que otros reclamen una evaluación independiente. Ya hay un peritaje independiente realizado al más alto nivel.
- Parece evidente que si (Pinochet) no está en estado de ser juzgado en España, no está en estado de ser juzgado en Bélgica.
- De hecho, la única visión realista sería que bien el ministro invalide su "disposición" (a liberar a Pinochet) y envíe al senador Pinochet a España, o bien que confirme aquello a lo que se mostró "dispuesto" y, en ese caso, el senador Pinochet ser libre de irse, lo más probablemente a Chile.
- De una u otra manera, es difícil vislumbrar las circunstancias en las que sería extraditado a Bélgica. Hay que destacar que Bélgica ha presentado un recurso, mientras que España no.
- Ni Amnistía Internacional y las demás organizaciones de derechos humanos ni Bélgica disponen de argumentos fundados para que sus recursos judiciales sean aceptados, y en consecuencia, debo rechazar las dos demandas.
- Lo hago después de un examen atento, consciente de que la decisión va en contra de una parte de las personas que sufrieron mucho durante la historia reciente de Chile, y en el caso de Bélgica, de un país y autoridades judiciales amigas.