Nicosia era requerido por los jueces de instrucción, José Luis Cichiaro y federal Gabriel Cavallo, quienes habían decretado sendas órdenes de captura internacional.
Nicosia fue detenido a las 0.20 de esta madrugada en una playa cercana a Canelones cuando retornaba a su casa después de haberse establecido en el balneario Parque del Plata de esa ciudad uruguaya ubicada a unos 50 kilómetros de Montevideo. Nicosia saltó a una triste fama a partir de que se descubrieran graves irregularidades en su actuación en los juicios contra la ex empresa Ferrocarriles Argentinos.
El operativo estuvo a cargo de personal de Interpol de la Policía Nacional de Uruguay con asistencia de datos de la Interpol de Argentina. La detención del ex juez estuvo a cargo de personal de la policía uruguaya que esta mañana lo condujo ante la jueza federal de Montevideo, Anabella Damasco, quien debe revisar la situación judicial del ex magistrado. Nicosia escapó de Argentina cuando el Parlamento analizaba su juicio político impulsado por los diputados María Cristina Guzmán y Juan Armanague para destituirlo por defraudar al fisco con juicios por accidentes a bordo de las líneas de trenes. La causa original recayó en poder del ex juez federal, Nerio Bonifatti pero su pedido de captura internacional contra el ex magistrado fue desestimado por el Tribunal de Apelaciones de Montevideo en 1994 por errores formales. Cavallo al suceder a Bonifatti se hizo cargo de esa investigación.
Pero, paralelamente Cichiaro activó otra denuncia en contra de Nicosia y lo procesó por la presunta comisión de los delitos de "estafa y cohecho agravado", lo que le permitió emitir una nueva orden de captura. Cichiaro intervino a raíz de una denuncia que hizo Marta Cerrutti por presunta estafa a raíz de un juicio de sucesión que se tramitaba en el juzgado de Nicosia. En ese caso, Nicosia designó directamente -la ley establece que debe hacerse por sorteo- a un perito martillero quien remató las propiedades de Cerrutti.
Este pedido de detención conjunta es el quinto que formula la Justicia argentina. El modus operandi de Nicosia se basaba en un ardid de conexidad con el que enlazaba los distintos juicios contra la ex empresa Ferrocarriles Argentinos, utilizando además un grupo de peritos a quienes había seleccionado en un registro “especial”. A tal efecto, Nicosia tenía dos registros: uno "trucho" y otro "legal". Ahora una jueza uruguaya deberá decidir si lo extradita o no para ser juzgado en la Argentina.