La batalla jurídica contra el ex mandatario chadiano comenzó el pasado día 25, cuando siete organizaciones de derechos humanos presentaron una querella contra el antiguo déspota, que permanece refugiado en Senegal desde que fue derrocado el 1 de diciembre de 1990. Dos días más tarde, un fiscal senegalés accedió a que se iniciara una investigación jurídica que determinará esta semana si Habré debe ser juzgado.
Los paralelismos con el caso del autócrata chileno son enormes.
Una comisión especial establecida en 1991 por su sucesor, Idriss Deby, determinó que Habré era responsable de 40.000 muertes y de torturas contra 200.000 personas. El dossier que han preparado las ONG detalla 97 asesinatos, 142 casos de tortura y 100 desapariciones achacables directamente al ex dictador.
En realidad, el posible juicio contra Habré supondría iniciar un camino inédito en este continente. Como advertía la organización Human Rights Watch en un informe de octubre de 1999, el caso Pinochet «fue como un despertador que sonó para todos los tiranos del mundo y también para despertar a sus víctimas».
Los mismas organizaciones que prepararon la acusación contra Habré ya han advertido que tienen preparadas acciones similares contra otros ex dictadores africanos, como el ugandés Idi Amin Dada o el etíope Haile Mariam Mengistu.