Como si parafrasearan al exitoso Elvis Crespo,
los cinco máximos jueces metropolitanos que integran el Superior Tribunal de Justicia, llegaron silenciosamente al mediodía del
viernes último hasta el despacho de Julio Nazareno, el presidente de la Corte. Es que Ana María Conde, Julio Maier, Alicia Ruiz, Guillermo Muñoz y José Casás interpretaron que habían llegado muy lejos en su curiosa interpretación del Código Electoral Nacional y se habían ganado un conflicto con mayúscula con la Justicia
Electoral que fue respaldada por la Corte. Pero el problema - los partidarios de Domingo Cavallo y Gustavo Beliz están que trinan- radica en que el Superior Tribunal no armó el orden de
prelación jerárquico que debe tener toda justicia electoral local: juez de primera instancia, Junta Electoral (segunda instancia) y el mismo Tribunal Superior como órgano de definición. Tal es la confusión que los apoderados de los partidos políticos van al juzgado electoral federal para
interiorizarse y son enviados a la Justicia ciudadana, pero allí nadie suele informarle de nada. Peligroso.
- / dju
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