El que sin querer le terminó haciendo el defensor oficial Hilario Lagos a su jefe, el polémico defensor general Romero. Resulta que Lagos –incorporado directamente por el gobierno de Menem con rango de defensor de cámara-, fue siempre un constante cuestionador a la gestión de Romero, que en su momento le sirvió para referenciarse como líder de los “rebeldes” de ese ministerio público, granjeándose la simpatía de muchos de sus pares. En el marco de la apertura del juicio político impulsado por la Alianza, continuó en los últimos días la embestida contra Romero, acusándolo de mal desempeño y falta de idoneidad. Pero erigido en defensor de los defensores, Lagos cometió un error: pretendió ser fiscal de los defensores, involucrando sin fundamentos en su denuncias a sus propios colegas que trabajan en la Defensoría General, “embarrando la cancha” sin querer y favoreciendo así a quien pretendía atacar. De todos modos, en el Senado,la situación de Romero no es la de mejores debido a viejas cuestiones con sus aliados peronistas, fundamentalmente los senadores Jorge Yoma y Eduardo Menem.
hugo morales / dju
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