José Calderón contó que empezó a dar pitadas a cigarrillos cuando tenía 10 años, que a los 15 ya era fumador de dos paquetes diarios y que a los 23 se le manifestó el primer síntoma de la enfermedad de Buerger. Esta afección obstruye las arterias y lleva a la necrosis de las extremidades con la consiguiente amputación de los miembros afectados, y en el caso de Calderón ha afectado a órganos vitales, hasta el punto de que ha sufrido un infarto de miocardio.
Mientras que el juez dictaminó que el tabaco no ha sido el causante de la afección porque al tratarse de "una enfermedad de etiología desconocida ha de entenderse que no existe una relación de causalidad entre el consumo y la enfermedad", la empresa Altadis -fusión de la española Tabacalera y la francesa Seita- sostuvo que esta conclusión coincide con pronunciamientos judiciales en otros países europeos, como Italia, Finlandia, Gran Bretaña y Alemania, que rechazaron peticiones similares y absolvieron a las compañías tabaqueras. En base a esa sentencia, Altadis sostuvo lo siguiente:
# Toda esta jurisprudencia nos avala y pone de manifiesto la gran diferencia existente entre el sistema legal continental europeo -y más concretamente el español- y el sistema legal norteamericano.
# Altadis desea reiterar que siempre ha cumplido las normativas europeas vigentes en cada momento para la fabricación y comercialización de sus productos, con un riguroso control de calidad y con la observancia de las normativas legales que exige el Ministerio de Sanidad y Consumo para la información al consumidor.