El comité organizador del encuentro, conformado por su presidenta Carmen María Argibay, juez de Cámara del Tribunal Oral Criminal número 2, Zulita Fellini Gandulfo, juez de Cámara, Lidia Soto, juez federal de Cámara del Tribunal Oral número 3 de San Martín y Ernestina Storni, Defensora de menores, dialogaron con Diariojudicial.com acerca de su conformación, y su lucha por las mujeres discriminadas.
Las magistradas hicieron notar su enojo con los miembros de la Corte Suprema de Justicia, quienes, según dijeron, mostraron total indiferencia con la Cumbre Internacional, incluso con la asistencia de integrantes mujeres de la Corte de otros países del mundo. Al tiempo que se preguntaron si se trataba del sentimiento machista por parte de los ministros que, lejos de los casos puntuales que las juezas tratan de marginalidad y los extremos de violencia, habita en el cuarto piso del Palacio de Justicia de Tribunales.
La idea de crear la Asociación Internacional de Mujeres Jueces nació en 1989. En ese entonces la Asociación de mujeres jueces de Estados Unidos celebró el 10 aniversario convocando a juezas de todo el mundo a participar en su conferencia anual en Washington. Allí fue invitada a participar la Argentina, representada por la doctora Carmen Argibay y se consideró necesario crear una alianza que se dedicará a promover los derechos e intereses de las mujeres de todo el mundo a través de acciones que mejoraran la administración de justicia. Con el apoyo de 50 mujeres jueces, representantes de 26 países del mundo, además de un grupo de jueces de Estados Unidos nació la Asociación Internacional de Mujeres Jueces en 1991. Desde ese momento las conferencias internacionales se realizan cada dos años. La primera tuvo lugar en California, San Diego en 1992 y se llamó "Catalizadores para el Cambio", en 1994 se realizó en Roma, Italia sobre la "Violencia Doméstica", en 1996 en Manila, Filipinas, "La igualdad a través de la ley" y en 1998 fue en Canadá acerca de "Justicia para cada niño".
La Asociación de Mujeres Jueces de Argentina comenzó a gestarse en 1989, a raíz del trabajo de un grupo de juezas con el fin de formar una entidad paralela a la de Estados Unidos. En 1993 se conformó la nueva entidad que funcionaba con los estatutos internacionales pero con actividad propia. En 1996 se preparó un programa de colaboración entre la Asociación y el BID, banco Interamericano de Desarrollo y la Sección Argentina, para poder llevarlo adelante se necesitó obtener su personería jurídica que concretó en 1997.
Por primera vez, Buenos Aires será la sede de una cumbre internacional de juezas de todo el mundo quienes tratarán temas relacionados a la problemática de mujeres marginadas. Al cónclave asistirán más de 500 mujeres magistradas que se interiorizarán en temas referidos a las mujeres pobres, analfabetas, ancianas, enfermas mentales, madres solteras adolescentes, portadoras de HIV, discriminadas racial o culturalmente, privadas de la libertad o víctimas de guerra.
Confirmaron asistencia a la reunión la juez de la Suprema Corte de Canadá, Claire L´Heureux-Dubé, la juez de la Suprema Corte de Justicia de Notario, (Canadá), Rose Boyko, la juez del Alto Tribunal de Dublín (Irlanda), Mella Carroll, la juez del Alto Tribunal de Budapest (Hungría), Ursula Vezekényi y la juez de la Corte de Casación Italiana, Gabriella Luccioli. También darán el presente Gabrielle Kirk McDonald, de los Estados Unidos, ex integrante del Tribunal para Crímenes de Guerra en el ex Yugoslavia y Navanethen Pillay, presidente del Tribunal Internacional para crímenes de guerra de Ruanda. Ambas recibirán un homenaje "por su labor en defensa de los Derechos Humanos".
La juez Carmen María Argibay, introdujo a la temática que se abordará durante el Congreso al explicar el mecanismo del trabajo que vienen desarrollando en la Asociación. La magistrada, durante un desayuno de trabajo convocado a modo de conferencia de prensa, sostuvo que "a raíz de que una de nuestras capacitadoras en el programa es una abogada de la Dirección de la Mujer de la ciudad, conocimos al licenciado Raúl Matioci, que hace cuatro años que viene desarrollando un programa para hombres violentos, golpeadores".
" No se ocupa de la violencia de tipo psicológico, del maltrato verbal, sino de los golpeadores a quienes toma como una especie de médico de guardia, en el momento, en el momento de emergencia y para cortar con la violencia física. Consiguió que la Dirección de la Mujer, le de un espacio donde dos veces por semana, se reúnen en grupos, con algunas conclusiones como que la mujer y los chicos de este golpeador estén en tratamiento y de esta manera contenidas para que haya protección a estas personas. En algunos aspectos hay anécdotas graciosas porque el golpeador al inicio del tratamiento dice que “la mujer se cayó de la bañadera o se golpeó con la puerta”. Siempre es ella la que tiene la culpa. Otros hombres que están en el tratamiento pero ya más avanzados, le dicen “ese verso lo hice yo también”. Lo cierto es que el resultado de ese tratamiento fue que en cuatro años, se consiguió dejen de golpear".
"Hubo conferencias en varios países del mundo, Roma Washington, y el mensaje que pretendemos difundir es que este no es un problema de puertas adentro de una sociedad, sino que pasa en todas partes del mundo. A nosotras nos financia el BID, Banco Interamericano de Desarrollo, porque descubrió las consecuencias económicas desastrosas, de un país, en tratamientos médicos, chicos huérfanos o abandonados, los problemas de trabajo con lo cual la producción disminuye, además todas las dificultades psicológicas que padece una mujer golpeada hasta llegar a la muerte. La mujer golpeada tiene una sintomatología psicológica que la vuelve incapaz para el trabajo, incapaz para atender a sus hijos. A su vez se reproduce el ciclo de la violencia, porque el chico golpeado, seguramente va a ser golpeador el día de mañana, porque piensa que no hay otra manera de solucionar el conflicto que no sea a los golpes. También hay casos de hombres golpeados, hay una estadística que dice que son el 5 por ciento, pero a ciencia cierta no existe un sondeo dado que por vergüenza por lo general no se denuncian estos casos. La violencia se genera siempre contra el más débil, que son los niños, las mujeres, o de hijos que golpean a sus padres".
"Trabajamos con un psicólogo, un asistente social, y un auxiliar para coordinar. No es verdad aquel mito que dice que la violencia familiar sólo pasa en los estratos bajos de la clase social, porque tenemos en tratamiento un médico, un teniente coronel, y no es precisamente gente de clase baja".
Temas relacionados:
Buenos Aires sede mundial de un congreso de mujeres jueces 10/04/2000