La medida fue ordenada por el juez federal Adolfo Bagnasco, en quien recayó la demanda iniciada por la Casación, en cuyas dependencias fueron recibidos los llamados anónimos.
Personal especializado de la división explosivos de la Policía Federal, con dos perros entrenados para este tipo de operativos, inspeccionaron las dependencias del juzgado de Galeano en el cuarto piso del edificio, así como también en el séptimo piso, donde se encuentra el Tribunal Oral Federal 3, quien tendrá a cargo juzgar al reducidor de automóviles robados Carlos Alberto Telleldín, y a los oficiales de la Policía bonaerense, detenidos y acusados de haber entregado la camioneta Trafic utilizada como coche bomba para cometer el atentado.
Luego de la inspección la actividad en los tribunales volvió a la normalidad y Bagnasco dispuso una nueva inspección durante el fin de semana.
El llamado telefónico anónimo fue recibido en la secretaría del presidente de la Cámara de Casación, Eduardo Riggi, y en el se aseguraba que se iba a "a volar toda la documentación de la causa Amia", por lo que también la inspección se efectuó en la Planta Baja del edificio donde se encuentra la que se conoce como la "secretaría Amia".