Suárez Mason comunicó personalmente al juez federal Adolfo Bagnasco su negativa a ser llevado a Roma para someterse a la Justicia italiana, durante una breve audiencia celebrada en el despacho del magistrado. Bagnasco había recibido en la mañana de ayer una solicitud para el "traslado temporario" del ex represor, enviada a los tribunales porteños por la Corte de Assise, de Roma.
El juez dispuso la comparecencia del acusado en el juzgado a su cargo, para notificarlo del pedido y averiguar si aceptaba el requerimiento.
Pero Suárez Mason rechazó el pedido de Italia, pese a que meses atrás había dicho públicamente que admitiría ser llevado a Roma para afrontar el proceso que se sustancia allí por los crímenes de cinco descendientes de italianos desaparecidos en la Argentina durante la dictadura.
Pero ayer, voceros de los tribunales porteños y el abogado Olivera, coincidieron en señalar que el ex represor rechazó ser enviado a la Corte de Assise.
La negativa de Suárez Mason es una facultad prevista en el artículo 12 de la ley 23.707, un Tratado Internacional entre la República de Italia y la Argentina, para cuestiones penales, mediante el cual el detenido hubiera sido trasladado a Europa en forma "transitoria".Bagnasco tenía todo listo para cumplir de inmediato con la requisitoria de los tribunales peninsulares si el militar hubiera aceptado viajar.
Para justificar su negativa, Suárez Mason dijo que sabe que entre los casos que investiga la Corte en Roma figura la desaparición del bebé que la ex prisionera Laura Carlotto dio a luz en cautiverio, en 1977.
Laura era hija de Estela Carlotto, la presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, que brega por la recuperación de la identidad de los niños que fueron apropiados durante la represión ilegal.
"Es mi deseo demostrar primeramente en este proceso, mi inocencia respecto de la comisión de dicho ilícito, para luego merituar la posibilidad de concurrir por ante la sede judicial italiana", explicó textualmente el militar, según consta en la declaración a la que accedió ayer la prensa.
Suárez Mason no puede ser enviado compulsivamente a Roma, porque Italia no ha reclamado su extradición. Además, el ex represor cumple arresto domiciliario por orden de ese magistrado y si la Cámara Federal porteña confirma el procesamiento que dictó el juez en su contra, deberá afrontar un juicio oral y público por la apropiación sistemática de los hijos de desaparecidos.
Suárez Mason estuvo a cargo del Primer Cuerpo de Ejército en los años más duros de la dictadura, pero su defensa argumenta que los hechos que se le imputan al ex represor ya fueron juzgados.
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