En algunos pocos casos, quien reclama ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos se queja de que es víctima de una persecución judicial o política, como es el caso de Domingo Cavallo.
Sin embargo la mayoría de los reclamos no tiene que ver con la persecución, sino con la mala praxis de los jueces, con la baja eficacia de la Justicia para solucionar los problemas y, en ciertas ocasiones, con la mala calidad de su desempeño.
Quienes plantean sus reclamos ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos lo hacen luego de haber litigado años en los tribunales, sin éxito.