Este evento, que contó con el auspicio de Diariojudicial.com estuvo acompañado por la presencia de numerosos jóvenes letrados de los distintos departamentos judiciales de la Provincia de Buenos Aires y de la Capital Federal, quienes trabajaron en las comisiones de Derecho Público y Laboral, Colegiación, Derecho Comercial, Derecho Penal y Derecho Civil, presentando y debatiendo numerosas ponencias con un nivel académico realmente admirable.
Si tuviéramos que mencionar cuales fueron los ejes comunes de todas las exposiciones, podemos sintetizarlas en las siguientes:
- La necesidad de llevar a la práctica la nueva normativa constitucional, surgida de la reforma de 1994, en especial los artículos 36 a 43, relativos a los nuevos derechos y garantías. En particular, instrumentos como el amparo colectivo, destinado a la defensa de los derechos de incidencia colectiva, a fin de proteger el medio ambiente, los consumidores, los usuarios y los derechos humanos en general.
- Las contradicciones que plantea el proceso mundial de “Globalización”, enmarcado por una economía de mercado de origen neoliberal que prioriza la utilidad por sobre la solidaridad y la dignidad humana, con la consecuencia de graves daños ambientales a escala planetaria y grandes masas de excluidos del sistema, que se encuentran en una situación de total desprotección.
La primera jornada tuvo lugar en el Club Ciudad de Campana, de la localidad homónima.
1) La legitimación procesal activa, es decir, quien es el titular de la acción en el caso de daños ambientales. Así se analizaron las categorías de “titular de un derecho subjetivo”, de “un derecho de incidencia colectivo”, de un “interés legitimo”, etc. Al respecto, Cafferatta expreso que “El derecho ambiental, al decir de Augusto Morello, ha producido un cimbronazo en todas las disciplinas clásicas. A partir de la emersión de los intereses difusos, están en revisión todos los institutos clásicos del derecho procesal civil, del derecho procesal penal y del derecho sustantivo en general.”
2) Las dificultades que plantea la determinación de la relación de causalidad en los casos de daños ambientales o, dicho en otras palabras, lograr determinar que fue lo que causó el daño.
Goldenberg trajo una mirada critica a la sociedad globalizada, caracterizada, tal sus palabras, “por una globalización de la economía que no trae aparejada una globalización en la salud, en la educación y en la justicia”.
Respecto de la política de privatizaciones y el rol del Estado en la economía de mercado, el jurista sostuvo que “el Estado que supo vender, debe también saber controlar a los entes privatizados,” porque “la autorregulación del mercado es una ficción”.
También hizo mención al proceso de constitucionalización de los derechos, fuertemente impulsado con la reforma constitucional de 1994. “Esta reforma resulto ser una gran productora de derechos e instrumentos que dan garantías a esos derechos”, manifestó.
Goldenberg también se ocupo de señalar las profundas diferencias entre los países del Primer Mundo y los que están en vías de desarrollo, o para usar sus palabras y sin eufemismos, los países “atrasados”.
Algunas de sus frases nos ilustran el pensamiento de este investigador, probablemente más reconocido en el exterior que en nuestro país:
“Hay un hecho singularisimo que se da a través del tiempo: a la prisión siempre van los mismos. La selectividad penal , generalmente, parece que primero determina quienes irán presos y luego lo institucionaliza. En la cárcel está, obviamente, la gente de abajo.
Siempre son los mismos delitos los que se juzgan. Como suelo decir, a las cárceles van siempre los delincuentes fracasados. En una pared de una prisión mexicana aparece la siguiente leyenda, escrita por vaya uno a saber que preso: “En este lugar maldito donde reina la tristeza, no se condena al delito, se condena a la pobreza”...” En las prisiones, no vemos a los autores de ciertos delitos. En nuestro país se ha sinonimizado la palabra violencia con los delitos callejeros y urbanos, que son de una honda dramaticidad, donde autor y victima se ven, se encuentran y, muchas veces, se matan. Pero esta simplificación de entender que la violencia es solo esto, hace que estemos viendo siempre hacía abajo y nos olvidemos de ver hacía arriba. Existen delitos que se pergeñan en las alfombras rojas de los ministerios, estoy hablando de corrupción y soborno, por ejemplo, o en empresas transnacionales, oligopolicas, o bancos o financieras. Son los delitos de cuello blanco... Las cárceles no se llenan ni medianamente con estos individuos y generalmente, uno de estos delitos tiene más coste social que todos los delitos contra la propiedad cometidos por los que están en las cárceles. Y yo pregunto, en esos delitos de guante blanco, ¿No hay violencia?. Tal vez la violencia de abajo es consecuencia de la violencia de arriba.”
Como vemos, no fueron conferencias dictadas para cumplir obligaciones sociales y académicas, de esas en las que se habla mucho y no se dice nada.
No puede menos que destacarse el esfuerzo que realizan las comisiones de Jóvenes abogados de los distintos colegios departamentales de la Provincia de Buenos Aires para organizar estas Jornadas y así reunirse con sus colegas para debatir, proponer y también para escuchar la palabra de quienes los preceden en la profesión.
Nuestra profesión, signada por un individualismo a veces extremo, necesita de encuentros de estas características.
Dr. Jorge Oscar Rossi
Director del Área Académica y de Servicios de Diariojudicial.com