El Consejo de Europa fue la primera organización política europea establecida tras la 2ª Guerra Mundial, gracias a una idea lanzada por Wiston Churchil.
Su estatuto fue aprobado el 5 de mayo de 1949 por los 10 Estados fundadores: Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia. Estos países, para simbolizar la reconciliación de la postguerra, eligieron como sede Estrasburgo, capital de Alsacia y ciudad fronteriza francesa.
Los objetivos principales del Consejo de Europa radican en la protección y el fortalecimiento de la democracia pluralista y los derechos humanos, promover el conocimiento de una Europa con identidad cultural y favorecer el progreso económico y social.
En el acto celebrado el sábado en el palacio del Campidoglio, sede del Ayuntamiento de Roma, 25 países anunciaron el comienzo de los trámites para la ratificación del protocolo, por lo que se estima que su entrada en vigencia no demorará demasiado.
El Tribunal de Estrasburgo protege la igualdad de derechos y libertades que reconoce el Convenio Europeo de Derechos Humanos, pero hasta el momento no garantiza genéricamente la igualdad ante la ley ni condena la discriminación. Según el Protocolo 12, “el disfrute de todo derecho previsto por la ley debe ser asegurado sin discriminación alguna, fundada especialmente en el sexo, raza, color, lengua, religión, opiniones políticas o cualesquiera otras opiniones, origen nacional o social, pertenencia a una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cualquier otra situación”.
El nuevo texto prohíbe a toda autoridad pública “hacer objeto de discriminación” a ciudadanos, a las distintas colectividades étnicas o a los marginados, aclarando expresamente en los fundamentos del protocolo que no están excluidos de esta prohibición los extranjeros.
De esta manera, una vez agotados los recursos internos, la desigualdad ante la ley en el disfrute de derechos que perjudique a un extranjero en cualquier país del Consejo de Europa, podrá dar origen a una demanda ante el Tribunal de Estrasburgo.
La conferencia fue encabezada por las máximas autoridades de los organismos comunitarios europeos. Estuvieron el presidente del Tribunal de Estrasburgo, Luzius Wildhaber; el secretario general del Consejo de Europa, Walter Schwimmer; el presidente de la Asamblea Parlamentaria, Rusell Johnston; y el comisario europeo de Derechos Humanos, Álvaro Gil-Robles.
Para mejorar la protección de los derechos humanos, el Protocolo 12 también condena “todo uso de la tortura, la práctica sistemática de la violencia y las ejecuciones extrajudiciales”. Además, pide que la pena de muerte sea abolida “tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra”.
Sin embargo, según algunos escépticos, los cambios van a provocar una creciente cantidad de demandas, sobre todo interpuestas de los países del este de Europa, lo que exige, antes de que el Tratado entre en vigor, “una reorganización del Tribunal de Estrasburgo, ya muy atascado”.