D) ESPERADO

Para los bien informados, fue el fallo de Liporaci de dictarle la falta de mérito a los Senadores -el marco político general y la reacción de la opinión pública impidieron un sobreseimiento- que deja la causa, prácticamente en las manos de su par Adolfo Bagnasco, que instruye otra causa por supuesto enriquecimiento ilícito de los legisladores. Pero lo cierto, es que la causa de los senadores –como ya anticipó IN VOCE-, no tiene una sola prueba contundente que prueba la existencia de coimas y solo existen dichos y contradichos de los mismos senadores que trasladaron –fundamentalmente Antonio Cafiero y Carlos “Chacho” Álvarez- su lucha política a los tribunales. Tampoco el juez hizo grandes esfuerzos para esclarecerla. Recién, ahora, ordenó la indagatoria de Fernando de Santibañes (ex SIDE) y Alberto Flamarique (ex ministro de Trabajo) pero –se razona en Tribunales- para probar la coima deben existir dos partes y si ya está casi sobreseída una, como se va a acusar a la otra, además, cuando ambos son influyentes asesores sin cartera del propio Fernando de la Rúa. En algunas usinas del gobierno se especula que Liporaci renunciará a su cargo, con lo que disminuirá la presión del Consejo de la Magistratura y el probable cambio de juez –en tren de especulaciones ya se lo coloca a Gabriel Cavallo en la Cámara Federal, con la famosa teoría del ascenso para impedir resultados adversos- convertirían al caso de los senadores y del juez Liporaci, en solo un recuerdo a mediados de año cuando la campaña electoral se ponga al rojo vivo. Pero, además, el Gobierno –todavía- no puede pelearse con este Senado, cuya composición ideológica amenaza seguir como está si el blindaje no da los resultados esperados para esa fecha.

hugo morales / dju