En cuadros intermedios altos de la Defensoría General de la Nación por el (aparente) descuido al que los sigue intrigando el ministerio de Justicia. Este comentario ya había sido recogido por esta columna en diciembre pasado y se hizo evidente en algunas carpas de la costa en la primera semana de enero, cuyos ocupantes se soslayaban y sin miramiento alguno gozaban a quienes –por razones laborales- tuvieron que quedarse en Buenos Aires en los infernales días pasados. Pero lo llamativo del cuadro conflictivo, es que la irritación no parte del defensor general, Miguel Angel Romero, sobre quien el PJ –superado ya su enfrentamiento con el senador Jorge Yoma- ha cerrado filas, sino con influyentes defensores de las jerarquías inmediatas quienes, precisamente, no pueden ser consideradores romeristas, lo que demuestra un desinterés o una la falta de tacto político en esa cartera del Poder Ejecutivo, una de cuyas funciones es la de mantener aceitadas las relaciones con las cabezas del Poder Judicial y los Ministerios Públicos. En esas influyentes arenas, un importante abogado menemista, vinculado con sectores del poder real de la Argentina, sostenía que le guste o no a Jorge de la Rúa o alguno de sus asesores, Romero es parte de ese sistema judicial que cuenta con el respaldo del principal partido de la oposición. Pero, además –añadía en su crudeza- la actitud de ignorar a una parte del ministerio público lo lleva sin querer a fortalecer por la vía inversa a Romero.
hugo morales / dju
Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.