Aunque la causa todavía no fue caratulada, fuentes judiciales estimaron que el delito que encuadraría con los hechos es el de lesiones leves, que prevé una pena de prisión de un mes a un año. También será evaluada la responsabilidad que le puede llegar a caber al Gobierno de la Ciudad, que organizó el concierto en el marco del ciclo Verano Buenos Aires, y que contrató a una empresa de seguridad privada para hacerse cargo del control de los miles de adolescentes y jóvenes que concurrieron.
De acuerdo a la versión de los hechos que Manuel relató hoy a Diariojudicial.com, el joven sufre de asma y tuvo un ataque a pocos minutos de finalizar el recital. Se desesperó y decidió cruzar por encima de la gente hacia delante para ser atendido por los voluntarios de Cruz Roja, que habitualmente se ubican en este tipo de espectáculos públicos detrás de una valla que separa al público del escenario.
Alguien lo levantó, y comenzó a sentir los golpes. Cuatro patovicas lo llevaron a un costado, cerca del alambrado del parque, donde sólo tenía acceso “personal autorizado”.
“Ahora te vamos a arrastrar por el pasto y vas a ver cómo duele”, asegura que le dijeron los cuatro hombres con pecheras naranja que decían “control” y que lo maltrataron durante diez minutos.
Según afirmó Mariano Comisso, uno de los cuatro testigos que se ofrecieron para contribuir al esclarecimiento de los hechos y que declarará en la causa, varias personas se acercaban a los voluntarios de Cruz Roja para que intervinieran, pero estos sólo lo hicieron cuando apareció el Jefe de Seguridad del espectáculo. En ese momento, los patovicas dejaron a la víctima detrás de un colectivo estacionado, donde fue atendido en primer lugar por los paramédicos para ser trasladado luego al hospital Pirovano, en el cercano barrio de Coghlan.
Comisso contó que el público pedía la identificación de los agresores, y que el oficial de policía Roberto Cajón, de la comisaría 49º, explicó luego de los hechos que “los patovicas, al no ser policías, no tienen la obligación de identificarse”. Mientras tanto, al ser requerido el nombre del jefe del operativo de control, contestó “José Perez”.
Uno de los hombres de seguridad, reconocido por el público y hasta ahora el único imputado, fue detenido por la Policía en el Parque Sarmiento. Al declarar en la comisaría aseguró que Manuel le había pegado un cabezazo al levantarse. Sin embargo, según los testigos, que lo vieron cuando estaba demorado, no había rastros de tal golpe, sino solamente una venda en uno de sus dedos.
Mientras Manuel recorría el césped involuntariamente, para las miles de personas que colmaron el parque público seguía sonando el Mal Bicho de los Cadillacs desde la voz de Vicentico –el cantante-: “Sos el que hace las guerras, dicta falsas condenas, el que ama la violencia, que no tiene conciencia... Mal bicho, todos te dicen que sos mal bicho, así es como te ves. Mal bicho... ¿Por qué vas lastimando a quien se ve distinto? Imponiendo posturas sólo con mano dura, vos tenés pal´abrigo, otros mueren de frío, sos el que anda matando, el que va torturando... A las guerras, a la violencia, a la injusticia, a tu codicia... Digo no!!! Paz en el mundo”.