Si bien la Oficina Anticorrupción no suministró información por tratarse de un informe “reservado”, Fernando Casón, vocero del ministro de Justicia, Jorge De la Rúa, confirmó a Diariojudicial.com que la denuncia la efectuó el Consejo del Menor y la Familia a cargo de María Orsenigo. La documentación recayó en el juzgado federal de Cavallo porque la Oficina Anticorrupción “no advirtió gravedad institucional en el expediente”, no conservando para sí la investigación, y decidió elevarlo a la Justicia antes de que prescribiera.
Según consta en una nota periodística de un matutino porteño, “el Consejo Nacional del Menor y la Familia gastó unos 5.400.000 de pesos entre 1992 y 1995” y que “la mayor parte, con rendiciones irregulares”. Se refiere a supuestos gastos en fiestas de 15 y 16 años y un paseo en el barco Missisipi, entre otros.
El Defensor Atilio Alvarez, en conversación telefónica con este medio, señaló que esa denuncia se efectuó el “jueves pasado”, al tiempo que recordó que “los informes de mi propia Auditoría Interna con dos funcionarios a mi cargo se realizaron con el propósito de hacer una rendición de cuentas, porque en los viajes realizados (donde los chicos conocieron lugares como las Cataratas del Iguazú y Mendoza) había diferencias entre los gastos de hoteles. 3500 jóvenes no podían ocupar un solo lugar de albergue”, señaló el defensor.
Alvarez señaló que “las partidas para fiestas, cumpleaños y bautismos salían del Presupuesto que giraba el Ministerio de Hacienda y fondos del Consejo del Menor” aseguró. “En esos años los chicos fueron felices, era una época de crecimiento en el país, antes de la crisis del Tequila”, remarcó al tiempo que aclaró “en mi gestión se gastaba dinero en los chicos, y ahora se invierte en proveedores y contratos”.
“Yo tenía dos contratados que eran los funcionarios de mi Auditoría. El resto del dinero lo invertía en levantar la autoestima de las chicas con sus cumpleaños de 15, que tal vez era el único recuerdo feliz de toda su vida. Chicas que las he sacado del calabozo de una comisaría” recordó.
Para el ex titular de la cartera del Menor y la Familia, la denuncia “tiene un marcado interés político” producto del motín del Instituto “El Agote”. Sobre este punto remarcó que “sólo hubo dos protestas durante mi gestión, pero nunca motines masivos. Ahora viven de motín en motín, porque los chicos no tienen ni agua fresca para tomar”, explicó.
En referencia a la fiesta de cumpleaños que se organizó en el barco Missisipi, Álvarez recordó que “eso fue por una cuestión de seguridad. En ese barco había 10 chicas que declaraban en una causa de prostitución, y en ese lugar estaban a salvo”. También se refirió a las cifras de los gastos de cumpleaños “se permitían 10 invitados por cada chico, y un año, por cuestiones de presupuesto, se festejaron los 15 años con chicas que cumplían 16 porque el año anterior no se les pudo hacer la fiesta y estos chicos que son mayormente sensibles necesitan igualdad de condiciones”.
“En la información periodística no se detalla la cantidad de chicos que estaban en el Consejo en ese entonces. Había 120 mil chicos, y por eso se gastaba esa cantidad de dinero y a todos se les festejaba el día de cumpleaños, el casamiento o el bautismo. Se le obsequiaba un vestido de 68 pesos a las chicas, con zapatos incluidos, se le regalaba una rosa, casi siempre por parte de contadores de la SIGEN u otros funcionarios, y un reloj no de oro pero digno, con sus nombres impresos, la fecha y una dedicatoria del Consejo”, indicó.
Según Alvarez, ahora la política del Consejo del Menor y la Familia, apunta a imponer un Servicio Penitenciario para menores y la adopción internacional, entre otras medidas que no contribuyen a mejorar la calidad de vida de los jóvenes, "sino todo lo contrario, a reincidir en el delito". “Ahora hay 12 millones de presupuesto, más de lo que yo tenía en ese entonces”, recordó. “Creció el costo de proveedores y contratados, y me hablan de una gran corrupción por un viaje que se hizo donde compramos un teclado de órgano en Ciudad del Este para una orquesta del chicos discapacitados”. El funcionario aclaró que todos los gastos están registrados factura por factura. También señaló que “de la lectura del artículo periodístico se desprende que los chicos no merecían esa fiesta. No tienen idea de lo que fue movilizar a 3500 jóvenes a un viaje y costearle el desayuno. Desde ese entonces los chicos no volvieron a viajar”.