Sin embargo, la charla de media hora en cuyo desenlace estuvo presente Diariojudicial.com rondó otros temas de sumo interés para ambos países, como las relaciones comerciales que alcanzan a los 2 mil millones de dólares y un convenio de intercambio judicial en materia civil y comercial que firmó por la mañana Zeming con el presidente Fernando de la Rúa.
Durante le conversación privada que mantuvieron sólo los ministros con la delegación china, se tocaron varios temas que resultan urticantes para ambos países, según comentaron en un encuentro informal a este medio los jueces Gustavo Bossert, Antonio Boggiano, Augusto Belluscio y Eduardo Moliné O´Connor.
Zemin explicó brevemente a Nazareno y al resto de los ministros -no estuvieron Enrique Petracchi, Carlos Fayt y Guillermo López- la situación de los derechos humanos en el Estado asiático, sin dudas el cuestionamiento más intenso de la comunidad internacional hacia China, sobre todo después de la condena emitida por un informe de Estados Unidos que tuvo gran repercusión mundial.
Por otro lado, Nazareno introdujo en la conversación el tema sobre la soberanía de las Islas Malvinas y la guerra de 1982, conflicto sobre el que China no se expidió en su momento, aunque como parte del bloque comunista, tampoco se manifestó a favor del Reino Unido.
Los cuatro miembros de la Corte que dialogaron con Diariojudicial.com al finalizar el encuentro se mostraron sumamente sorprendidos por los datos que arrojó Zemin sobre la organización del Estado chino. Ninguno podía creer que tuvieran una asamblea legislativa de cerca de 3 mil miembros y una Corte Suprema con 250 integrantes. "Cómo harán para ponerse de acuerdo, si nosotros no lo logramos siendo nueve", fue el comentario jocoso de los jueces.
Por otra parte, el acuerdo en materia de asistencia jurídica en lo Civil y Comercial establece en su artículo segundo que los ciudadanos de cada una de las partes gozarán en el territorio de la otra, en lo que se refiere a su persona y bienes, de los "mismos derechos a la protección judicial".
El encuentro finalizó con el retorno de los formalismos. Nazareno entregó al primer mandatario oriental la clásica medalla que acredita su visita a la Corte, mientras que Zemin le retribuyó con un plato de plata tallado. A la salida, esperaba una quincena de cadetes de la Policía Federal y las risas se apagaban.