22 de Noviembre de 2024
Edición 7097 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/11/2024

El número de la mala suerte

Un agenciero deberá afrontar un juicio oral y público por haber defraudado a dos clientas de su agencia de Lotería.

 
El dueño de la agencia, Julio Nocito (73), sus hijos Julio (48), Alejandro (41) y la novia de uno de los hijos del agenciero, Sandra Insfrán (28), habrían realizado una maniobra para apoderarse de un premio de Lotería, perjudicando a las “ganadoras”, las hermanas Esther y Elena Speiser. Las ancianas actuaron como querellantes patrocinadas por el abogado Julio Golodeny.

El proceso judicial se llevará a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal número 3, integrado por los camaristas Rodolfo Ricota Denby, Marcelo Avrutin Suarez y Miguel Angel Caminos y se espera que durante el debate declaren más de una docena de testigos.

El agenciero y su familia fueron imputados por defraudación y administración fraudulenta por haberse quedado con un billete de lotería que las mujeres habían reservado, el que resultó ganador del “gordo de invierno”.

El hecho ocurrió cuando los “niños cantores” anunciaron que el billete 29327 ganó el premio mayor a la lotería. En aquel entonces, el propietario del local vaciló en pagar los 200.000 dólares a las ancianas o quedarse con el dinero. Luego se comprobó que el billete había sido cobrado por Insfrán, la novia de uno de sus hijos que se desempeñaba como peluquera en un barrio.

En septiembre de 1995 las hermanas Speiser (médicas) debían viajar a un Congreso de su especialidad y le ofrecieron a Nocito pagar por adelantado el billete. Esa propuesta había sido rechazada por el agenciero a raíz de la seriedad de sus clientas. Al regreso del viaje, Nocito les notificó a las hermanas que el número que seguían no había obtenido premio, por lo que debían abonar todos los billetes a excepción de uno, el de la jugada del nueve de septiembre de ese mismo año, argumentando que por “error lo habían vendido sin saber a quien”.

Las ancianas quisieron ver el listado de los sorteos pero casualmente faltaba el de esa fecha. Las mujeres quisieron averiguar en otro local y mayor fue su sorpresa cuando se enteraron que el 29327 había ganado “el gordo de invierno” con una retribución de 200.000 pesos. Al hacer el reclamo ante el agenciero, éste aludió a la “mala suerte” de ambas, pero al avanzar con las pesquisas se acreditó que el billete lo había cobrado Insfrán.

La excusa fue más que obvia: el agenciero dijo que se lo había regalado a su nuera, porque el 27 significa el “peine” en la jerga del juego y la joven era peluquera. Esto no convenció al juez de primera instancia que procesó a toda la familia y elevó el caso a juicio oral.



dju / dju
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