Sin embargo, la UE confirmó su apoyo al tratado. Así lo informó el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en una conferencia de prensa conjunta con Bush y Persson. A pesar de las declaraciones de apoyo, ninguno de los 15 miembros de la Unión Europea ha ratificado el tratado hasta el momento.
Irónicamente, Persson dijo que los europeos y Estados Unidos “coincidimos en que estamos en desacuerdo en cuanto a la esencia"" de la polémica sobre el recalentamiento global.
Bush provocó el disgusto de ambientalistas, medios de prensa y gobiernos europeos al denunciar el tratado de Kyoto, sobre recalentamiento global, y proponer nuevos estudios sobre las consecuencias de los gases que producen el llamado “efecto invernadero” sobre el ambiente global.
El acuerdo de Kyoto busca reducir, para el año 2012, las emisiones de gases causantes del efecto invernadero a un nivel 5,2% inferior al de 1990. Una conferencia internacional convocada para julio en Bonn debe explicar cómo se logrará el objetivo.