La anomalía detectada por el propio personal de la Aduana es altamente significativa, ya que las cancelaciones "en pantalla" no tenían su correlato con la realidad fáctica, determinándose en algunos casos que no existió un real control físico de la mercadería.
El sistema María tiene un rígido control de acceso y su manejo está condicionado al ingreso previo de una clave (password).
La preocupación de Casullo radica en que alguna persona ajena al manejo del sistema ingresó dolosamente los datos, no pudiendo determinarse hasta el momento cuál fue la clave utilizada para ese fin. Tampoco descartó que haya sido obra de un "hacker" contratado para llevar adelante la maniobra.
Por otra parte, los investigadores están siguiendo el curso que tomaron las distintas partidas de los componentes informáticos, apuntando la pesquisa a una de las empresas con mayor presencia en el mercado minorista, que pese a las desmentidas de sus voceros, Diariojudicial.com pudo confirmar su realización.