Ningún otro momento hubiese sido más propicio que éste para el Máximo Tribunal, aseguran con tranquilidad algunas fuentes que transitan el cuarto piso del Palacio de Justicia. Es que existe un pacto verbal en la Corte: no se tratan temas trascendentes si no están todos los miembros presentes, premisa que ha servido más de una vez para eludir decisiones en momentos críticos.
Lo cierto es que el plantel de ministros no estará completo hasta agosto, bien pasada la feria invernal, cuando la dinámica de la política argentina probablemente tenga sobre el tapete otro gran tema, o quizás un nuevo ajuste, pero éste posiblemente habrá quedado en el olvido.
El artículo 110 de la Constitución Nacional establece que “los jueces de la Corte Suprema y de los tribunales inferiores de la Nación conservarán sus empleos mientras dure su buena conducta, y recibirán por sus servicios una compensación que determinará la ley, y que no podrá ser disminuida en manera alguna, mientras permanecieran en sus funciones”. Se trata, ni más ni menos, que de la tan mencionada intangibilidad de los salarios de los magistrados.
Las versiones aseguran que el presidente Fernando de la Rúa no le pidió a Julio Nazareno una actitud que vulnere ese precepto constitucional, así que al jefe de la cartera de Economía sólo le queda esperar la actitud solidaria de los magistrados en forma individual.
Así, Carlos Mariano Chediek, miembro del tribunal Oral en lo Criminal 28, aseguró hoy en diálogo con Diariojudicial.com que de ponerse en juego las remuneraciones de sus colaboradores, tomaría nuevamente la actitud que encaró en el último recorte. Es decir, enviar una nota al máximo tribunal resignando su propio sueldo para que se utilice en el pago de los empleados de su tribunal.
De todas formas, Chediek advirtió que su actitud no fue la de ponerse “en contra de la intangibilidad de los salarios de los jueces”, sino simplemente la de solidarizarse con sus colaboradores.
Es posible, según especulan fuentes judiciales, que los ministros de la Corte mermada decidan en el acuerdo del próximo martes emitir una acordada similar a la que dictaron para el primer recorte del ex ministro de Economía José Luis Machinea, con la que abrieron el camino para que cada magistrado tomara la decisión que le pareciera correcta, pero sin obligarlos, lo que consideraron violatorio del artículo 110.
Entre los jueces que como Chediek optaron por resignar parte de sus salarios estuvieron los ministros Nazareno y Eduardo Moliné O´Connor, y la juez Carmen María Argibay, pronta a partir hacia La Haya, Holanda, para unirse al Tribunal Penal Internacional que juzga los presuntos crímenes cometidos en la ex Yugoslavia.
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