El beneficiario del acuerdo es Abner Louima, un haitiano arrestado tras una trifulca frente a un local nocturno en el barrio de Brooklyn en 1997. Luego del arresto, Louima fue esposado y llevado a una comisaría de Brooklyn. Allí, el oficial Justin Volpe -quien equivocadamente pensó que Louima le había pegado un puñetazo- se desquitó abusando de Louima con un palo de escoba roto. Volpe castigó duramente al detenido, a quien le introdujo un palo en el ano, provocándole gravísimas lesiones en el intestino y en la vejiga, por las que tuvo que ser operado en tres ocasiones. En el juicio posterior, que tuvo lugar en diciembre de 1999, el policía se declaró culpable y actualmente cumple una condena de 30 años, la mayor dictada por abuso policial en el Estado de Nueva York.
El jurado declaró culpable a otro oficial, Charles Schwarz, de inmovilizar a Louima durante el ataque y otros cuatro agentes fueron declarados culpables de mentir a las autoridades acerca de lo que ocurrió.
En su momento, la opinión pública neoyorquina consideró que se trató de un juicio emblemático contra el sistema de “mano dura” implementado en esa ciudad para combatir la delincuencia a partir de 1994, después de la asunción del alcalde Rudolph Giuliani. Ese sistema es conocido como "tolerancia cero" y fue esgrimido como ejemplo por muchos representantes de la política de nuestro país a la hora de proponer políticas de seguridad.
El pacto por el que se acordó la reparación civil fue logrado al cabo de casi dos años de negociaciones y casi cuatro años después del ataque del 9 de agosto de 1997.
En 1998, Louima había reclamado una indemnización de 155 millones de dólares, alegando que los oficiales conspiraron para crear un "muro de silencio y mentiras para obstruir la justicia".
En una conferencia de prensa Louima dijo que estaba agradecido de estar vivo y de ahora poder seguir con su vida. Afirmó que planeaba usar parte de la indemnización para fundar una organización que ayude a otras víctimas de la brutalidad policial.
Por su parte, los abogados de la ciudad de Nueva York y de la asociación benéfica de policías dijeron que el nuevo acuerdo no exigía reformas en el Departamento de Policía, que consta de 40.000 agentes y aún enfrenta la investigación de un fiscal en base a acusaciones de prejuicios raciales. Esta investigación fue iniciada tras el asesinato en 1999 de un inmigrante africano desarmado, Amadou Diallo, bajo un lluvia de 41 balas disparadas por cuatro policías blancos.
Temas relacionados:
Un Policía de New York fue condenado a 30 años de prisión por torturas 14/12/1999