Cano sostuvo que el periodista "dedicó varios bloques al análisis de supuestos delitos e irregularidades" en el organismo a su cargo, los que consideró "absolutamente falsos".
En ese sentido, indicó que "el conductor, a veces en forma solapada y otras de manera ostensible, transmite al oyente y al telespectador, una imagen deformada, tanto de la institución como de sus directivos, a cuyo efecto con rodeos irónicos nos vincula a episodios que revelan una presunta conspiración para apropiarnos de fondos públicos y de los patrimonios de las respectivas obras sociales".
"Lo cierto es que se crea la sensación de un comportamiento delictivo por parte de los integrantes de la Superintendencia de Salud y de sus superiores jerárquicos, en particular el doctor (Héctor) Lombardo, actual ministro de Salud, respecto de quien se nos asigna el papel de “cajeros” empleándose esta expresión en el marco de una recaudación delictiva".
Sin embargo, Cano arremete contra el titular de la Obra Social de Fedecamaras, Rubén Manusovich a quien, según asegura en su presentación, se le "reclama la rendición de cuentas sobre los fondos percibidos, sin resultado favorable hasta la fecha".
Respecto de Manusovich, Cano asegura que éste se hace pasar como "una víctima de la Superintendencia de Salud" cuando por el contrario se trata de la persona denunciada ante la Justicia por el delito de administración fraudulenta "por desviar en beneficio propios los fondos destinados a la obra social".
En ese sentido, asegura que Lanata "toma las manifestaciones desesperadas del propio denunciado como una verdad revelada que le sirven de sostén para llevar adelante, una especie de juicio apocalíptico en el cual reparte culpas y castigos sin razón alguna".
En el transcurso del programa, se denunciaron maniobras que permitirían la obtención de "dinero rápido y con vías hacia la política o el sindicalismo".