Oyarbide estuvo ausente casi tres años de su juzgado luego del escándalo que lo tuvo como protagonista y que motivó la tramitación de un juicio político en su contra, que culmino el 11 de septiembre pasado cuando la Cámara alta lo absolvió debido a la oposición de la bancada justicialista.
Para ser destituido por el antiguo sistema, que funcionó hasta la creación del Consejo de la Magistratura, era necesario contar con el voto de los dos tercios de los miembros, pero la votación culminó con un empate en 21 votos.
El miércoles de la semana pasada Oyarbide se presentó en su juzgado pero no pudo reasumir sus funciones hasta la tarde del viernes cuando fue notificado por el tribunal. Según voceros consultados, el juez recibió la comunicación ese día y de inmediato se trasladó a los tribunales federales de Comodoro Py, aunque los mismos informantes admitieron que el de hoy podía considerarse como el de la reasunción formal en el cumplimiento de sus tareas.
Oyarbide deberá afrontar ahora un pedido de juicio político que inició en su contra el abogado Mariano Cuneo Libarona, quien lo acusa de los delitos de abuso de autoridad y prevaricato, en relación con la intervención en una causa referida al robo de un casete del juzgado federal 9, relacionado con la causa AMIA.
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