En la Secretaría Especial del Máximo Tribunal que investiga la causa de la embajada explicaron a Diariojudicial.com que la inteligencia argentina no tiene los recursos suficientes para avanzar sobre el eslabón internacional, que conduce a la Jihad Islámica, el aparato de seguridad externo de Hezbollah, que se atribuyó el atentado.
Mientras tanto, altísimas fuentes de la cartera de Justicia coincidieron con esta postura en relación a los dos ataques que sufrió la Argentina, que ahora parecen entrelazados con el de Estados Unidos a través de la figura de Imad Moughniyeh, un ciudadano libanés que tiene pedido de captura internacional de Argentina (desde 1999) y también de Estados Unidos, y quien se supone es responsable de la Jihad Islámica.
Según explicaron los investigadores de la Corte a este medio, Moughniyeh habría tenido residencia en Beirut, en Teherán (Irán) y también en Afganistán, donde habría convivido con Osama Bin Laden, el principal sospechoso que presenta Estados Unidos en el marco del ataque perpetrado la semana pasada.
La imputación a esa organización en la causa AMIA, que aún sigue instruyendo el juez federal Juan José Galeano -paralelamente al jucio oral por la conexión local que comenzará el lunes-, es mucho más compleja porque entre 1992 y 1994 -años en los que se cometieron los atentados de la embajada y de la AMIA, respectivamente- cambió la forma de operar de este grupo integrista, que dejó de actuar en forma directa y de atribuirse los ataques.
En la investigación del atentado contra la sede diplomática israelí la cuestión es mucho más sencilla: la camioneta que se utilizó fue pagada con cinco billetes de cien dólares con marcas que se suelen hacer en el Líbano, y quien la pagó era un hombre que "hablaba en portuñol", un uso lingüístico muy común entre los musulmanes que se instalan en la Triple Frontera.
Otro dato que aportaron las fuentes consultadas hoy es que un mes antes del ataque a la embajada, el 17 de febrero de 1992 fue asesinado el líder de Hezbollah, Mossawi, atribuido a la inteligencia israelí, junto a su mujer y a su hijo. De acuerdo a las especulaciones, el ataque que dejó 19 muertos en el centro porteño puede haber sido una represalia; inclusive al operativo de la Jihad Islámica se lo denominó "Hussein", nombre del hijo fallecido de Mossawi. Paralelamente, dos semanas antes del ataque en las ciudades de Nueva York y Washington, otro líder del grupo terrorista había muerto en similares circunstancias.
La interconexión
Las versiones de que el libanés Moughniyeh junto al egipcio Ayman Al Zawahri habrían participado de los atentados cometidos contra las Torres Gemelas y el edificio del Pentágono fueron publicadas ayer por la revista británica Foreign Report, que difundió información supuestamente suministrada por oficiales de inteligencia israelí.
A partir de la supuesta participación de los mismos posibles terroristas también en los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, parte de la querella en el juicio que comenzará el lunes comenzó a analizar la posibilidad de pedir una investigación más a fondo, lo que se analiza mientras se hacen las consultas del caso en el juzgado.
La publicación británica señaló que Moughniyeh habría pergeñado los atentados cometidos en el Líbano en la década del 80 y Zawahri sería el responsable intelectual de los ataques, de Kenia y Tanzania en agosto de 1998.