La mujer, cuya enfermedad, que produce un progresivo deterioro en las neuronas, le impide moverse y comunicarse, argumentó por medio de sus letrados que su calidad de vida es tan pequeña que negarle la posibilidad de suicidarse vulnera sus derechos humanos.
Por su parte, el responsable de la Fiscalía, David Calvert-Smith, amenazó con emprender acciones legales contra el marido de Pret si le ayuda a suicidarse, por entender que permitir tal conducta implicaría conceder una “licencia para cometer un crimen”.
Esta postura discrepa con la tendencia que se advierte en otros países europeos. En abril de este año, el Senado holandés convirtió en ley el proyecto que permite a los médicos efectuar la eutanasia, siempre que se cumpla con una serie de requisitos, como ser que debe asegurarse que el enfermo sufra dolores insoportables por una enfermedad previamente diagnosticada, sin esperanzas de supervivencia y que el paciente expresamente quiera morirse. De todos modos, la ley holandesa prevé que los médicos que autoricen una eutanasia estarán controlados por comisiones regionales de galenos.
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