El hecho ocurrió el 8 de octubre de 1996, y en el accidente también fallecieron otros integrantes del ejército argentino y del peruano, todos ellos de alto rango, cuando el helicóptero del ejército Argentino se estrellara e incendiara sin causar otras víctimas que los pasajeros y los pilotos.
La sentencia –que deberá ser cumplida en el término de diez días- fue dictada por el juez Edmundo Carbone, basando la condena en las pruebas que acreditaron que la causa del accidente que produjo la muerte de los padres de los actores fue el mal funcionamiento de la aeronave en la que eran trasladados.
El fallo del fuero civil y comercial federal resultó determinado por la decisión que había tomado en la Justicia Federal en lo criminal y Correccional el magistrado Jorge Urso, quien sostuvo al cerrar el expediente que no había existido ningún atentado contra el helicóptero basándose en peritajes de la Fuerza Aérea Argentina.
El análisis de los técnicos de la Fuerza aérea determinó que se había tratado de un accidente por fallas mecánicas, lo que llevó al obligado resultado de condena para el Ejército en sede civil y comercial federal.