El tribunal compuesto por Enrique Pose, Floreal De Laurentis y Enrique Alvarez Aldana graduó la pena "siguiendo los últimos precedentes judiciales", según los cuales "la pena privativa de la libertad no es más de 25 años de prisión o reclusión, puesto que dicho monto ha sido elevado con el dictado de la ley 23.077 (ley de defensa de la democracia)", que modificó el Código Penal en 1984.
El fallo de los jueces contra José Américo Salvador -quien durante marzo de 2000 violó a tres mujeres y entre otros delitos menores, todos mediante armas de fuego- transita por una nueva línea jurisprudencial, inaugurada por la Cámara Nacional de Casación, quien, a principios de agosto pasado, ratificó una condena a dos violadores de “chicos de la calle” a quienes les impuso 35 y 29 años y medio de prisión, superando ampliamente el máximo de 25 años estipulado en el Código Penal, al interpretar que con el artículo 227 ter, que permite aumentos en las penas de “cualquier delito” en un medio, se eleva el techo de la cuantía máxima, que según los jueces ahora pasaría a ser de 37 años y seis meses.
Sin embargo, muchos especialistas destacan que el artículo 227 ter, incorporado al Código por la ley de defensa de la democracia, establece que el aumento del cincuenta por ciento podrá ser dispuesto “cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional”.
El condenado, de 39 años de edad, cometió los hechos entre el 5 y el 20 de marzo de 2000. La primera violación ocurrió cuando una mujer abordó su taxi en el barrio de Palermo a la madrugada y a poco de iniciado el viaje, el taxista la amenazó con un arma y luego la obligó a que le entregara todo el dinero que poseía.
El delincuente, no conforme con ello, la hizo pasar al asiento delantero del automóvil, la amenazó y la instó a sacar de la guantera una caja con profilácticos. Detuvo su vehículo a 20 metros de un hotel alojamiento y la obligó a ingresar haciéndose pasar por su pareja.
En tanto, el 11 de marzo, en una situación similar, Salvador violó dos veces por vía vaginal a otra mujer que había subido al taxi en la intersección de las calles Arcos y Mendoza, en el barrio de Belgrano, y apagó las luces sabiendo que la víctima "sentía pánico al no poder saber si el atacante se acercaría a ella para matarla o lastimarla".
A la semana siguiente, el 18 de marzo, volvió a cometer un acto similar contra otra víctima que había abordado el taxi en la intersección de Cramer y Juramento, en la misma zona capitalina, y tras llevarla a un albergue transitorio la violó dos veces por vía vaginal y otras dos por vía anal.
Recién el 20 de marzo, una de sus víctimas logró advertir al conserje de un albergue transitorio y fingiéndose descompuesta posibilitó que el violador fuera detenido por la policía. Mientras Salvador pedía una habitación al conserje, la mujer le indicó con un gesto que su secuestrador tenía un arma. Ya en el cuarto fingió un desmayo, y cuando el delincuente fue en busca de auxilio fue detenido por la policía.