Así lo confirmó el ministro del Interior interino, Miguel Ángel toma, quien durante el gobierno de Carlos Menea se desempeñó como secretario de Seguridad Interior. Al llegar a la casa Rosada, Puerta sostuvo que la última medida de De la Rúa había sido “inexplicable”, “poco feliz” y que “hubiera deseado que lo hiciéramos nosotros”, mientras que Toma aseguró que “el pico de violencia ha disminuido significativamente”.
“Quisiera que esta fuese mi última decisión como Presidente”, dijo el ex presidente al devolverle a la población todas las garantías constitucionales que les había quitado horas antes y al límite de perder el poco poder que le quedaba.
Luego de permanecer dos horas en sus oficinas, acompañado por sus ministros, De la Rúa se retiró aplaudido por un pequeño grupo de empleados de la sede gubernamental, y al saludar a los periodistas culpó al peronismo por haber desencadenado su dimisión, al rechazar un acuerdo político que les ofreció el jueves, cuando los invitó formar un gobierno de unidad nacional. En sus últimas declaraciones públicas como presidente y al ser cuestionado por un cronista por la represión dijo: “yo no estuve al frente de eso”.
“La historia juzga en perspectiva, frente a las dificultades y situaciones, por lo que quizás haga falta más tiempo para juzgar”, dijo De la Rúa. “Siempre hice lo necesario, lo debido y lo mejor que cabía para el país. Pero siempre estuvimos bajo el signo de la urgencia y el peligro. Así son las cosas cuando se dejan acumular problemas”, expresó.