Gong Shengliang, de 46 años, fundador de la Iglesia del Sur de China, fue sentenciado a muerte ayer en la provincia de Hubei por involucrarse en un “culto satánico” que según el fallo causó daño a sus seguidores, además de haber cometido el delito de hurto, informó el Centro de Información para los Derechos Humanos y la Democracia.
Una sobrina de Gong, Li Ying, cofundadora de la iglesia, fue sentenciada a pena de muerte suspendida por dos años. El centro advirtió que otros 15 colaboradores de la iglesia fueron sentenciados a penas de entre dos años de cárcel y cadena perpetua.
En abril, la Iglesia del Sur de China, que cuenta con unos 50 mil miembros fue calificada de “culto satánico” por las autoridades chinas. El Gobierno de Beijing ha prohibido unas 17 iglesias clandestinas.
China además prohibe todas las actividades religiosas que no pertenezcan a organizaciones que cuentan con el respaldo “patriótico” del Estado, aunque los grupos de derechos civiles sostienen que millones de creyentes asisten regularmente a iglesias y grupos clandestinos.
La represión punitiva de quienes dirigen sectas ha tenido también en Argentina su nota polémica, ya que es difícil encuadrar la conducta cuando hay consentimiento por parte de la propia víctima. De todas formas, los tribunales orales en lo criminal han resuelto el problema condenando por el delito de reducción a servidumbre.