La decisión la tomó la Sala I del tribunal al ratificar la medida cautelar dictada a mediados de 2001 por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, a cargo de la investigación.
Los camaristas Horacio Vigliani, Luisa Riva Aramayo y Gabriel Cavallo consideraron que en el sumario existen elementos que demuestran que Di Tullio habría integrado una asociación ilícita en carácter de organizador, para blanquear dólares del “Cartel de Juárez” de México.
Las sospechas sobre el origen ilegal de los fondos tuvieron como respaldo la información proporcionada por el jefe de Cancillería de la Embajada de México en la Argentina, Jorge Luis Olivares Novales.
Además de Di Tullio, en la causa se encuentra procesado el empresario Ángel Salvia, otro de los imputados por blanqueo de divisas a través de operaciones inmobiliarias en la ciudad de Mar del Plata y zonas vecinas.
En la pesquisa se habría determinado que los correos con dinero salían de México con destino de Chile, de este país a la Argentina vía aeropuerto de Ezeiza y desde allí a Mar del Plata donde eran pasados a buscar por integrantes de la organización a cuyo frente estaban presuntamente Salvia y Di Tullio. Este último se mantuvo prófugo desde octubre de 2000 hasta el pasado mes de abril, cuando fue detenido en Mar del Plata por efectivos del Escuadrón de Gendarmería Nacional.
El Cartel De Juárez dedicado a la comercialización de estupefacientes, efectuaba depósitos en dos cuentas corrientes del Citibank de los Estados Unidos, desde donde el dinero era transferido a nombre de Di Tullio o Salvia. Con esos fondos los procesados habrían adquirido maquinaria agrícola, campos, hoteles y otros inmuebles por un valor que las fuentes consultadas estimaron en alrededor de 12 millones de dólares.
El destino final de los valores y de donde Salvia y Di Tullio pudieron hacer las extracciones, fue la firma Mercado Abierto, del financista Aldo Dualer, indicaron las fuentes consultadas.
La ley vigente establece que incurre en delito el que “adquiriere, recibiere u ocultare dinero proveniente de un ilícito”.