Nercellas estimó que la intención de Telleldín fue la de “tratar que las pruebas contra sus socios de la Policía bonaerense se caigan”, a la vez que deslizó la posibilidad que desde la querella se requiera la profundización de la investigación en torno a la participación del vendedor de automóviles robados en la adquisición de los explosivos utilizados para el atentado.
“Temo que su participación sea mayor que la entrega de la camioneta, por lo que habría que averiguar el tema de la conexión local y el tema de los explosivos”, sostuvo la abogada.
Durante un cuarto intermedio de la extensa declaración de Telleldín, Nercellas hizo un balance de lo declarado hasta el momento y refutó los argumentos de quien durante dos años fue el único detenido por el ataque terrorista, al delatar la intención de cubrir al ex comisario Juan José Ribelli, al negarse a formular declaraciones en torno a lo sucedido el 10 de julio de 1994, cuando la camioneta Trafic fue estacionada en el estacionamiento Jet Parking.
En ese sentido, la letrada sostuvo que Telleldín oculta su verdadera relación con “la patota” de la brigada de investigaciones de Lanús, y no duda en denunciar sólo a los policías de Vicente López.
Sin embargo, reconoció que Telleldín no miente cuando sostiene en su declaración que arregló su entrega con agentes de la SIDE que habían ingresado a su domicilio particular el 27 de julio, cuando él se encontraba prófugo en Posadas, y en torno a ese hecho Nercellas sostuvo que existe una grabación de aproximadamente 20 minutos de esa conversación, que precisamente estaban grabadas y desaparecieron del juzgado federal 9 a cargo de Juan José Galeano.
En torno a ese hecho, explicó que Telleldín se dio cuenta que algo podía suceder con su seguridad y en lugar de entregarse ante los agentes de inteligencia lo hizo en la Policía Aeronáutica, porque temía por su vida.
Puede ver otras notas relacionadas con el juicio del atentado a la AMIA en DiariodelJuicio.Com