En este marco de situación crítica se mueven los abogados laboralistas que deberán conducirse de distinta manera según la resolución que cada juzgado adopte respecto de este tema. "Cada juzgado hace lo que quiere", señaló Pérez al mismo tiempo que demostró preocupación ya que desalojar los edificios implica "suspensión de audiencias, plazos que deben prorrogarse y perjuicio tanto para los litigantes como para los testigos,abogados y jueces que no pueden dictar sentencia".
También la letrada destacó que en el fuero "los plazos son improrrogables" lo que significa un grave perjuicio el hecho de no declarar inhábiles los días que se pierden mientras las brigadas de la División Explosivos buscan detectar algún artefacto de esaíndole. "Este es un fuero que no importa", agregó la abogada ante la falta de interés del Ministerio del Interior, la Justicia y la Corte que “no brinda soluciones al problema que tiene en jaque a los juzgados laborales desde hace siete meses”.
La semana pasada el sindicato de los empleados judiciales se manifestó en un acto frente a la Cámara del Trabajo, para pedir su intervención, caso contrario procederían a desalojar todos los edificios del fuero ante la primera amenaza de bomba."No hay respuesta", se lamentó la letrada quien a su vez recordó que el último 7 de mayo solicitó la intervención del subsecretario de justicia, Franciso Fuster quien negó tener conocimiento del tema. Fuster si bien pidió unos días para resolver, aún no lo hizo.
Si se realiza un promedio cada quince días hay una amenaza de bomba en distintos juzgados de la Capital Federal, comentaron desde la Asociación y sin embargo naufragó un requerimiento del juez federal Rodolfo Canicoba Corral que pretendía autorización para colocar detectores de explosivos. Cuando el magistrado federal hizo esa petición al secretario de seguridad Interior, Enrique Mathov, el funcionario lo delegó a la Corte que negó el permiso.
Las amenazas de bomba comenzaron en octubre último en el edificio de Diagonal Norte 760, pero en febrero de este año se diversificaron. La última intimación de que se tuvo noticia se registró este mediodía también en el edificio de Diagonal Norte lo que produjo que el mismo fuera desalojado. El “modus operandi” más habitual es llamar por teléfono a distintos juzgados del edificio y amenazar con que "hay un artefacto explosivo en el lugar”. Ante versiones coincidentes, el edificio es inmediatamente desalojado, a pesar de la habitualidad de las amenazas y siendo que en su mayoría son falsas alarmas.