Fuentes de la causa AMIA confirmaron a Diariojudicial.com que el pedido del juez Galeano incluye a diplomáticos y no diplomáticos, que podrían haber pasado por Chile e ingresado a la Argentina en el período que va desde el atentado a la embajada de Israel –el 17 de marzo de 1992- y el ataque contra la AMIA, el 18 de julio de 1994, y las semanas posteriores.
En la solicitud a la justicia chilena el juez del caso AMIA indica que el nuevo pedido de información está “fundado en la sospecha de la participación de elementos radicalizados del régimen iraní”, en el atentado a la AMIA.
Fuentes del juzgado federal 9 confirmaron que el pedido fue enviado a Chile el 16 de mayo pasado, pero recién se cumplió la vía diplomática ayer, cuando fue recibido por la justicia trasandina y es “una parte de una investigación más general, que apunta a conocer el panorama completo de desplazamientos de correos iraníes” (oficiales o no) presuntamente vinculados al fundamentalismo islámico.
Las fuentes adelantaron que también se remitieron solicitudes de igual tenor a Colombia, Paraguay y Uruguay.
En rigor, este es el segundo pedido de Galeano a las autoridades chilenas. Cuando remitió el primero, en el segundo semestre del año pasado, el juez federal explicó que “resulta posible que hayan existido contactos con funcionarios iraníes acreditados en distintas embajadas” de Irán en el continente americano".
En esa oportunidad, Galeano requirió información sobre un ex embajador iraní en Santiago, Hamal Reza Hosseini y su subordinado, Sayed Yousef Arabi, quienes ingresaron a la Argentina procedentes del vecino país, en varias oportunidades, pero especialmente en los días previos al atentado.
Según trascendió en enero de este año en la prensa chilena, la respuesta de la justicia trasandina llegó en un informe de 33 fojas, donde se detallaron las entradas y salidas de ambos diplomáticos del territorio vecino.
El embajador Hosseini, ingresó a la Argentina el 14 de julio de 1994, cuatro días antes del atentado a la mutual judía y tres días después partió de Chile pero con destino a Europa. El jefe del Departamento De Asuntos Exteriores de la Policía de Investigaciones de Chile, comisario Pedro Riveros, califica a Hosseini como un “ideólogo de la línea dura” que fue expulsado de Nueva York por realizar actividades de espionaje, cuando era agregado en la ONU.
También se asegura en la respuesta chilena al exhorto argentino que Hosseini tuvo participación en la ocupación de la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979 y que luego de su paso por Argentina en tiempos del atentado regresó a Chile el 15 de agosto del mismo año.
En la grilla de viajes de Yousef, se registran siete desde que fue asignado a la embajada de Irán en Santiago, en mayo de 1992, poco después del atentado a la embajada de Israel. Cuatro de esos viajes fueron a Buenos Aires, el último, el 14 de junio de 1994, un mes antes del atentado a la AMIA. Luego, nunca más regresó a Chile.
La pista sobre los movimientos de iraníes presuntamente ligados a grupos radicalizados se intensificó luego de la declaración ante Galeano, en noviembre del año pasado, de Juan Antonio Pardo, un embajador argentino que en 1994 se desempeñó como subdirector de Ceremonial de la Cancillería.
Pardo reforzó la hipótesis de una reunión “cumbre” de funcionarios iraníes en Buenos Aires entre el 14 y el 17 de julio 1994, justo antes del atentado, al asegurar que en los 45 días previos al ataque terrorista fue informando a la SIDE del inusual ingreso de correos diplomáticos de Irán. Sin embargo, esa información nunca fue enviada al juzgado federal 9, a cargo de la pesquisa.
Uno de esos correos es Brat Alí Badesh Abadi, un piloto civil de origen irani que ingresó a Buenos Aires desde Santiago el 14 de julio, junto al embajador Hosseini.
Badesh Abadi se fue de la Argentina el 17 de julio, un día antes del atentado, hacia Perú. Los otros diplomáticos también registran salidas el 17 de julio, lo que consolida la hipótesis de que dejaron todo listo para el ataque y luego se retiraron.
En esos días previos al atentado, también llegaron a Buenos Aires diplomáticos iraníes que vinieron de Uruguay, Paraguay, Colombia, Brasil y Venezuela, por eso, el juez Galeano quiere extender la investigación a todo el Cono Sur.
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