Castañeda está acusado por la desaparición de varios rollos fotográficos secuestrados en un allanamiento en la casa de dos imputados en el caso AMIA, los hermanos Mario y Tomás Lorenz. Las películas figuran en el acta correspondiente, pero el DPOC nunca las remitió al juzgado por lo que se desconoce su contenido.
Cuando el producto del allanamiento fue enviado del DPOC al juzgado, en el acta de remisión no se consignaron los rollos. Fuentes de las querellas indicaron que de esa forma “se consumó la destrucción de pruebas, por lo que el acta de envío es falsa”.
Por estas y otras ausencias, Castañeda fue denunciado junto a su segundo, Daniel De León, y apartado de la instrucción de la causa AMIA. Se le abrieron causas judiciales que instruyó la juez María Servini de Cubría, quien terminó sobreseyendo a los policías al entender que no había dolo en su actuar sino solamente “impericia”, lo que provocó incluso, que el presidente de la DAIA, José Hercman, le dedicara a la decisión un áspero pasaje de su discurso en el acto recordatorio del atentado, en julio pasado.
Al mismo tiempo, el fiscal Miguel Ángel Osorio apeló la decisión de la juez y la Sala II de la Cámara Federal revocó la medida. Por eso, la causa por la desaparición de los rollos pasó a manos del juez Oyarbide, quien ahora decidió ampliar el procesamiento de Castañeda también al delito de “falsedad ideológica de instrumento público”, que prevé penas de reclusión o prisión de uno a seis años.
Fuentes de las querellas en el caso AMIA confirmaron la decisión del juez y remarcaron que la causa toma “un nuevo impulso”, ya que la Cámara, en este caso específico, había confirmado el procesamiento de Castañeda sólo por “sustracción u ocultamiento de pruebas”, un delito que prevé penas de un mes a cuatro años de prisión.
“La decisión del juez es importante, porque este caso se debe seguir profundizando”, dijo a Diariojudicial.com una fuente de la AMIA, institución que desde hace muy poco es querellante en la causa contra el ex jefe policial.
Mientras tanto, en la Cámara siguen pendientes de resolución otras dos causas que involucran a Castañeda, también por faltantes de pruebas, como los 66 casetes de escuchas al teléfono de Carlos Telleldín, antes que el preso más antiguo de la causa se entregara.
Esos cassetes –que algunos creen perdidos para siempre- guardan varios secretos y, por lo que se sabe, ayudarían a develar si Telleldín y su entorno mintió a la hora de decir dónde y cómo se armó la camioneta bomba. Un interrogante que se convirtió en el talón de Aquiles de Telleldín, y es materia de recurrentes disputas en el juicio oral en curso.
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