24 de Diciembre de 2024
Edición 7118 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 26/12/2024

Caso AMIA: Más dudas sobre escuchas telefónicas

El Tribunal Oral que lleva adelante el juicio a llamada “conexión local” del atentado contra la AMIA reclamó a la SIDE que informe quién y porqué se pidieron intervenciones de teléfonos de la embajada de Irán en Buenos Aires poco antes del ataque terrorista.

 
Una cosa queda clara a medida que avanza el juicio oral y público por el atentado contra la AMIA: nadie sabe a ciencia cierta qué datos de lo que sabía la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) se volcaron al expediente judicial y cuánto de esa información incriminaba, al menos por omisión o desidia, a altos jefes de ese organismo.

Las dudas sobre la actividad de los agentes no es nueva, en el insondable expediente del caso AMIA hay varios indicios de que los hombres de la casona de 25 de Mayo y Rivadavia dosificaron la información que le acercaban al juez Galeano y hay quienes opinan, incluso, que en la SIDE se venía siguiendo el accionar de una presunta célula terrorista, que podría ser la misma que cometió el ataque el 18 de julio de 1994.

Para los acusadores, en cambio, el expediente muestra el camino de una pesquisa que no tiene secretos, al menos en los papeles. Sin embargo, las dudas están presentes y son azuzadas regularmente por los imputados en el extenso juicio oral. Hace poco, el ex comisario Juan José Ribelli volvió al banquillo para señalar que la SIDE venía escuchando ilegalmente los teléfonos de la embajada de Irán.

Tras esa intervención, en la que volvió a denunciar un complot político-judicial para involucrar a los policías bonaerenses en el atentado, Ribelli pidió al Tribunal que investigara esas intervenciones presuntamente irregulares.

Ahora, los jueces Miguel Pons, Gerardo Larrambebere y Guillermo Gordo (en disidencia parcial) le dieron crédito a los dichos del sindicado partícipe necesario y ordenaron a la Dirección de Observaciones Judiciales de la SIDE que informe quién pidió la intervención de los teléfonos 802-1821, 802-1470 y 802-4821, correspondientes a la Embajada de Irán en Buenos Aires y el 313-5890, de la Conserjería Cultural de la Embajada de Irán, dirigida en aquel momento por un número puesto a la hora de señalar responsables internacionales del ataque: Mosshen Rabbani.

Según denunció Ribelli tras detectarlo en el expediente, esas líneas fueron intervenidas por las empresas de telefonía a pedido de la SIDE el 8 de junio de 1994 (40 días antes del atentado) y la escucha habría continuado hasta julio del año siguiente. Lo mismo ocurrió con teléfonos de la embajada de Cuba, lo que el ex comisario denunció como un “escándalo diplomático”, que, sin embargo, no estalló.

El Tribunal Oral, en cambio, decidió separar las aguas y sólo hizo lugar a investigar las intervenciones a las líneas de la embajada de Irán, y rechazó ocuparse de las intervenciones a la representación caribeña por “improcedente”.

Además, el TOF 3 también pidió otra medida no menos inquietante: que la SIDE le informe a dónde se enviaron las transcripciones de las conversaciones intervenidas. Un primer paso que podría llevar –eventualmente- a la incorporación de esas escuchas al debate.

Contactos Telleldín – SIDE

También, el Tribunal Oral reveló que comparte las dudas de Ribelli en lo relacionado a uno de los episodios centrales de la trama de la investigación del atentado: el pago de 400.000 dólares a Carlos Telleldín, el preso clave del caso, antes que éste señalara a los policías bonaerenses.

Para Ribelli, el pago “lo efectuó la SIDE con conocimiento del juez Galeano que participó negociando con Telleldin”, para “cambiar el rumbo de la investigación e introducir una conexión local falsa”, contra él y los otros policías. En esa línea, en su última declaración el ex comisario bonaerense denunció que en los días previos al pago –que Telleldín admitió, aunque asegura también que no mintió- se intensificaron los llamados entre la mujer del enano, Ana Boragni, y un hombre de la SIDE, que se llamaría Hector Magnolo.

En la misma resolución donde pidió a la SIDE información sobre las escuchas a la embajada de Irán, el Tribunal ordenó la declaración testimonial de Magnolo, y le pidió al secretario de Inteligencia de la Nación, Miguel Ángel Toma, que lo releve de la obligación de guardar silencio, acorde con el decreto firmado por el presidente Eduardo Duhalde en abril último.

Así, el juego quedó abierto, y las dudas, vigentes. El juicio se reanudará el 15 de enero y se estima que a fines de febrero podría llegar la hora de la declaración de los agentes de la SIDE. Son una docena, incluido el ex secretario Hugo Anzorreguy. Esta claro que para el Tribunal son declaraciones importantes, por eso pidió y consiguió que se les levante el secreto de estado, para que digan todo lo que saben.

¿Lo harán?, muchos en el juicio piensan que no. Otros, en cambio, mantienen esperanzas. En cualquier escenario será, eso esta claro, el plato fuerte del debate, en el tramo final del histórico juicio.

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marcos salgado / dju
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