Milutinovic se rindió a las autoridades de la ONU en La Haya el miércoles pasado, luego que su plazo de tres semanas expiró. Las autoridades serbias habían rehusado entregarlo al tribunal hasta entonces citando su inmunidad como uno de los líderes del gobierno.
El gobierno serbio pidió al tribunal la liberación de Milutinovic hasta el inicio del juicio, en reconocimiento a su rendición voluntaria y porque sufre problemas cardíacos.
Milutinovic fue subordinado de Milosevic y está acusado con este y otras personas por la deportación de 800.000 miembros de la etnia albanesa de Kosovo y de la muerte de cientos más a manos de las fuerzas serbias durante el manejo de esa rebelde provincia sureña de Serbia, en 1999.
Los fiscales esperan que Milutinovic acepte atestiguar contra Milosevic, ya que sirvió en el consejo de defensa durante la guerra y asistió a reuniones donde fueron discutidas decisiones de despliegue de soldados y operaciones en Kosovo.
Por su parte, antes de la aparición de Milutinovic, el propio Slobodan Milosevic se presentó ante el tribunal tras una pausa de dos semanas por razones de salud.
La mala salud de Milosevic ha sido causa de dos meses de aplazamientos desde el inicio de su juicio en el tribunal de la ONU para Yugoslavia, desde febrero pasado.
Milosevic, de 61 años, estuvo ausente dos semanas por sufrir de influenza. Además padece hipertensión y sus médicos dicen que está en grave riesgo de sufrir un ataque cardiaco debido a la presión por el juicio, donde se defiende a sí mismo enfrentando 66 cargos por crímenes de guerra presuntamente cometidos en los Balcanes durante la década de 1990.