Así se conoció a través de un mensaje que leyó esta tarde el embajador de Israel en Argentina, Benjamín Orón, en el acto central en recordación de las 29 víctimas fatales que dejó el atentado del 17 de marzo de 1992, hace exactamente 11 años.
Además, en el mensaje del canciller israelí se apuntó directamente a Irán: para el estado hebreo, el país musulmán “incluidos los rangos superiores de su gobierno, estuvo al tanto de la programación del atentado y autorizó su ejecución”.
Una definición taxativa que parece más a tono con las horas que se viven en Medio Oriente, en plena cuenta regresiva de un ataque norteamericano contra Irak, que con la marcha y las certezas de una investigación judicial que hasta ahora Israel venía apoyando.
Pero la palabra oficial de Israel no terminó allí, en el mensaje que leyó el embajador Orón se dijo además que “el Hezbollá e Irán han sido responsables del atentado terrorista” contra la sede de la AMIA, el 18 de julio de 1994. Para el canciller Shalom “el mismo modus operandi” se utilizó en los dos ataques.
“Irán es el responsable, es la mano que dirigió el atentado, mientras que el Hezbollá fue quien se encargó de llevarlo a cabo”, remarcó Orón al leer, pausado y cansino, las palabras de su jefe antes unas quinientas personas, entre las que se contó el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, como única autoridad oficial presente.
Esta definición de Israel, desusadamente directa para el lenguaje diplomático, colisionó directamente con la visión de la Corte Suprema de Justicia en la causa del atentado y la del juez Juan José Galeano en la investigación por el atentado contra la AMIA.
Es que la Corte sólo avanzó en pedir la captura internacional de Imad Mughniyeh, el jefe de las operaciones de Hezbollá en el exterior del Líbano pero nunca señaló a Irán tras el atentado. Algo parecido sucede en la causa AMIA, donde recientemente el juez Galeano pidió cuatro capturas de iraníes que calificó como “elementos radicalizados” del régimen iraní y cursó una veintena de rogatorias internacionales antes de avanzar en nuevas capturas o imputaciones globales.
Pero la mención directa a Irán no fue lo único que quedó flotando tras el mensaje israelí en la calurosa tarde en Suipacha y Arroyo. Orón también dejó claro el apoyo explícito de Israel a las conclusiones de la secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) sobre ambos atentados, que revisten carácter de “secreto” y fueron elevadas al juez y a la Corte en medio de una fuerte polémica y una conveniente difusión mediática, semana atrás.
Para Israel, el informe de la SIDE “guarda total lógica” con las investigaciones de sus servicios de inteligencia, de las cuales –sin dar mayores datos- concluyen en la responsabilidad de Irán. “Se trata de conclusiones profesionales y valientes, indicó Orón y agregó que su país “espera que las autoridades argentinas logren materializar la investigación y el proceso judicial, sometiendo a los responsables tanto de Argentina, como de Irán y del Líbano, al poder de la justicia.”
La Corte, AMIA y la Embajada
Carlos Susevich –padre de Liliana, una de las 29 víctimas del atentado de marzo de 1992- y Abraham Kaul, presidente de la AMIA, centraron sus críticas en la falta de resultados de las investigaciones judiciales.
“La Corte Suprema no hizo nada de nada”, dijo Susevich y cargó las tintas contra la SIDE y la Policía Federal, al recordar que “nunca” se conoció el resultado de los sumarios internos de esa fuerza de seguridad en torno a la falta de custodia externa en la embajada justo en el momento del ataque. Para los familiares hubo una “zona liberada” que incluyó a la cercana embajada de Rumania, donde tampoco había policías.
Susevich atacó también a aquellos que se acercan a brindarles su supuesta solidaridad y comprensión, “con discursos para tranquilizar a la gilada”. “No queremos más comprensión, el dolor es sólo nuestro”, enfatizó.
A su turno, Kaul se refirió también a la investigación por el atentado a la AMIA y reclamó que los agentes de la SIDE citados al juicio oral y público en curso no se amparen en el secreto de Estado para no declarar. Al igual que Memoria Activa algunas semanas atrás, Kaul reclamó “la derogación” de todos los decretos presidenciales que protegen a los agentes de un interrogatorio libre.
“No aceptamos que se negocie el esclarecimiento de estos atentados por un plato de lentejas”, dijo Kaul y aseguró que hay “una clara intención de cerrar la investigación y no lo aceptamos”.