La decisión la tomó Stephen Joseph, quien el lunes se presentó ante el Tribunal Superior de Marin, Estados Unidos, con el fin de que se prohibiera la venta de esa golosina a los menores en razón del alto contenido de grasas parcialmente hidrogenadas de las galletitas.
El letrado dejó sin efecto la presentación a raíz de que en los principales medios de comunicación se puso en evidencia el alto contenido de grasas que presenta ese producto.
Cuando presentó el escrito Joseph hizo mención a una cláusula del Código Civil californiano en donde se responsabiliza a los fabricantes de productos populares si el consumidor medio desconoce los peligros para la salud del alimento.
El cambio de posición del abogado causó una mala impresión en la senadora Debra Bowen, una de las principales defensoras de la reforma de la legislación sobre alimentos, quien manifestó que la decisión de Joseph es "decepcionante".
En ese sentido, la legisladora expresó que "una noticia como ésta hace más mal que bien, porque la gente creerá que la demanda era una broma y las denuncias contra la nocividad de las grasas, también ".