En el citado fallo “alusivo al caso de un propietario que persiguió a un ladrón y tras un enfrentamiento personal recuperó un equipo de audio-, los magistrados afirmaron que “no parece caprichosa, antojadiza o fabulada la versión sobre el faltante de objetos hogareños que pueden encontrarse en cualquier vivienda, y requerirle a su dueño que acredite la preexistencia” porque “puede aparecer como una victimización innecesaria”.
Asimismo se señaló que en el caso hubo “un encadenamiento de circunstancias” que se iniciaron con la imputación de la víctima quien, al arribar a su vivienda, ve salir de la misma a un ignoto sujeto en bicicleta, con una mochila y un objeto en sus manos, por lo que ingresa y constata elfaltante de dos electrodomésticos y un gran desorden que lo llevan de regreso a la calle, donde corre tras el intruso.
El damnificado alcanzó al delincuente a las pocas cuadras con el equipo de reproducción acústica y parlantes que le pertenecían, como por lo demás aseveran los policías actuantes y el testigo que acierta a pasar, en el momento de la aprehensión por la víctima, del individuo que llevaba elproducto del delito.
Borinzki y Mahiques explicaron que el artículo 2470 del Código Civil establece que “el hecho de la posesión da el derecho de protegerse en la propia, y autoriza al desposeído a recobrarla de propia autoridad sin intervalo de tiempo, mientras se mantenga en los límites de la propia defensa”.
“Este es el caso del imputado en flagrancia, pues como consecuencia de las vías de hecho utilizadas para recobrar la posesión, fue descubierto en tiempo y lugar próximo al delito llevando su producto”, precisaron los jueces.
En tanto argumentaron que “una de las formas más claras de evidencia probatoria está dada por la flagrancia en el delito, que se verifica cuando la noticia de un hecho que constituye delito se obtiene mediante la presencia a la perpetración del hecho”.
Para los magistrados, en el caso “en que el ofendido persigue al autor en forma inmediata al delito, de manera tal que puede afirmarse que entre la consumación del delito y la aprehensión no hay solución de continuidad, y la intervención del imputado se hace, por consiguiente, manifiesta, entanto que los elementos de culpabilidad, más que requerir ser buscados, como se dice en el escrito de formalización del recurso, deben ser recogidos, como también es el caso”.