“Antonietti era una hombre de absoluta confianza del presidente que por decreto tenía que reportar a mí, pero en los hechos hablaba directamente” con Menem, aseguró. Y confesó que esa situación le molestaba. “No era muy cómodo para mí por eso lo tengo muy presente”, aseguró.
Después, como otros ex funcionarios que ya declararon en el juicio, aseguró que el tema AMIA no se hablaba en el gabinete nacional. “En ese gabinete no se hablaban los temas importantes”, confesó y remarcó luego que “en el tema AMIA el presidente siempre fue muy parco con todos nosotros”.
Así, con ex funcionarios jugando el juego de la buena pipa al igual que la semana pasada, cuando declararon Antonietti y el ex secretario de Migraciones, Hugo Franco, se corporizó en el juicio oral la denuncia que desde hace tiempo vienen realizando los familiares de las víctimas: en tiempos de Carlos Menem, la causa AMIA nunca fue un tema de Estado.
Nadie buscaba a los culpables
También Ruckauf contestó preguntas sobre las medidas que tomó inmediatamente después del atentado, cuando al día siguiente regresó de urgencia desde Estados Unidos y aseguró que el interés primordial del gobierno era el rescate de víctimas entre los escombros.
“El tema de la búsqueda de los responsables no era el primer tema”, remarcó el ex funcionario, que ahora funge como tercer candidato a diputado nacional por la lista del justicialismo de la provincia de Buenos Aires.
“¿No había nadie desde el Estado ocupándose de eso?” le preguntó entonces la abogada de la DAIA, Marta Nercellas. “Mi cabeza inicialmente no estaba en buscar a los responsables”, aseguró quien para el momento del atentado tenía “bajo dependencia operativa” a las fuerzas de seguridad federales.
De cualquier forma, aclaró que esta suerte de prescindencia inicial con respecto a la investigación emanaba de órdenes presidenciales. “El presidente nos encomendó cumplir con dos órdenes: el acceso al lugar del atentado de los servicios de inteligencia y los militares israelíes y ayudar en los trámites para que se pudieran retirar cuerpos de la morgue. Esa fue la actuación que nos ocupó los primeros días”, aseguró Ruckauf, mientras sus palabras provocaban signos de desaprobación entre el público, donde se vio entre otros al presidente de la AMIA, Abraham Kaul.
Además, Ruckauf aseguró que no hubo ninguna alarma previa al atentado y confirmó las divisiones en el gabinete nacional en torno a la acusación contra la República Islámica de Irán tras el atentado. Dijo que él creía en las pistas del Departamento de Estado norteamericano, que apuntaba al Hezbollah libanés y a Irán, mientras el entonces canciller Guido Di Tella creía que no había que imputar directamente a la nación musulmana.
“Teníamos discusiones con Di Tella que se habían hecho públicas, y el presidente Menem nos mandó a callar”, confesó.