El escrito que pronto estará en manos del juez inglés Christopher Pratt contiene 103 fojas y otras 500 de información adicional, donde se detalla lo que se conoce sobre los movimientos de Soleimanpour en Argentina.
“Está toda la información de inteligencia, las órdenes de detención y los escritos de querellantes y fiscales que acompañan el pedido del juez”, explicaron fuentes de la causa. También hay una carta del juez argentino a su par británico.
Las mismas fuentes confirmaron que en el escrito se incluyen también extensas referencias sobre la inmunidad de la que podría gozar Soleimanpour por haber fungido como embajador de Irán en Argentina.
“No puede ampararse en la inmunidad absoluta porque es un hecho criminal”, remarcaron las fuentes y aseguraron que esta es la posición que el juez manifiesta en el escrito, y que fue respaldada por la AMIA y la DAIA y la asesoría jurídica de la Cancillería.
En Argentina se sabe que la supuesta inmunidad de Soleimanpour estará en el centro del debate en Londres para evitar la extradición, por eso, en el documento que cruzará el océano en las próximas horas se cita abundante jurisprudencia de casos criminales contra personajes que gozaban de inmunidad donde no se consideró la “retroactividad” de esa condición.
“Es lo que sucedió con (Augusto) Pinochet en la Cámara de los Lores, allí tampoco se tuvo en cuenta la inmunidad”, aseguraron las fuentes en torno al caso del ex dictador chileno, sin dudas la extradición más sonada que tuvo, como en éste, a la justicia londinense en el centro de la escena.
La ley del Arrepentido
En la documentación se anexó también una copia de la llamada “ley del arrepentido”, por la cual se prevén reducciones sustanciales de penas para aquellos acusados que colaboren con la investigación.
Esta inclusión no es casual y buscaría dejar abierta desde el principio la puerta a una “negociación” con Soleimanpour, para lograr que colabore en desentrañar la trama más oscura del atentado del 18 de julio de 1994.
Además, en el escrito se detalla la inquietante presencia de Soleimanpour en la mezquita chiíta de Cañuelas, donde pisaba fuerte otro de los imputados con pedido de captura, el ex agregado cultura Moshen Rabbani.
En ese lugar, se sospecha, estuvo el supuesto chofer suicida de la camioneta bomba, que según informes de inteligencia confirmados oficialmente por Israel sería un libanés de nombre Alí Husseim Berro, el último de nueve hermanos en inmolarse en atentados antijudíos.
También se detalla en el escrito de Galeano que ni Soleimanpour ni otros embajadores iraníes en la región estaban en sus países al momento del atentado terrorista y los movimientos inusuales de “correos diplomáticos” entre las sedes diplomáticas de Teherán en el Cono Sur justo antes del ataque.