Según el abogado del policía, éste fue la verdadera víctima del travesti, al haber sido sorprendido por este último en momentos que su auto estaba detenido en la intersección de las calles Nicaragua y Thames del barrio de Palermo. En esa oportunidad, el travesti Martín Rojas se introdujo imprevistamente en el habitáculo del automotor y “manoteó” un puñado de billetes que estaban a la vista en la zona de la guantera y que el policía alega, eran fruto de un vuelto de una carga de combustible efectuada minutos antes en una estación de servicio de la zona. Sucedido el arrebato, Lovaiza se bajó del auto e identificándose como policía, lo increpó reclamándole la devolución del dinero. Acto seguido, Rojas, habría logrado el concurso de sus colegas para propinarle una golpiza al policía que intentó defenderse disparando al piso con el objeto de amedrentar a su atacantes. Esa es su versión de lo acontecido.
Por lo demás, los hechos se hicieron públicos según la versión del travesti, que acusó al policía bonaerense de haber pagado por sexo oral y luego haber intentado robarle el importe de cincuenta pesos, fruto de su actividad, a punta de pistola.
Más allá de los ribetes sensacionalistas del episodio, lo que está en juego ahora son las distintas incidencias procesales que se generan a partir de la calificación legal atribuible al accionar de Lovaiza. En el acto de su declaración indagatoria, la juez al hacer la descripción de los hechos, le advirtió que la calificación legal era la correspondiente al robo con arma de fuego, lo que podría poner en duda el resultado exitoso del pedido de excarcelación articulado por el Dr. Sassón.
Por otra parte, el letrado, en diálogo con Diariojudicial.com cifró sus esperanzas de que el pedido tenga resultado favorable de acuerdo a los sólidos fundamentos que edificaron su presentación. El abogado destacó que “esta situación al carecer de testigos que puedan dar una versión imparcial del suceso, hace que prácticamente la discusión de cómo éstos se llevaron a cabo se resuma en las palabras de uno contra las palabras del otro”. “Quizás Lovaiza tenga que pagar el costo de la particular sensibilidad que hoy tiene la opinión pública sobre el desempeño de los policías, pero confío en la ecuanimidad de la Justicia que tiene que estar por encima de las presiones mediáticas.” Sassón recordó el reciente caso del remisero epiléptico devenido en violador homicida a raíz de las tapas de los diarios e hizo un paralelismo con el caso de su cliente, que aún no pudo dar su versión a la prensa por encontrarse detenido.