ENOJADOS. Se vio a algunos querellantes del caso AMIA después de la revelación que Diariojudicial.Com adelantó el miércoles a sus lectores: el número 3 de la SIDE, Antonio “Jaime” Stiusso, trajinó el invierno de Berlín la misma tarde-noche que el polémico “testigo C” declaró a través de una videoconferencia en el juicio oral y público por el atentado terrorista, en vivo y directo desde la embajada argentina... en Berlín. ¿Qué significa esto? Qué Stiusso estaba en el mismísimo lugar (o cerca), cuando el disidente iraní declaró. Esto para los aquellos que siguen el caso sólo “de ojito” o por la radio y la TV (allí se suelen decir, salvo un par de excepciones, increíbles barbaridades sobre el caso) puede no ser importante. Pero lo es, entre otras cosas, porque en su declaración, “C” reafirmó punto por punto la versión que Stiusso brindó en el juicio oral sobre cómo fue el atentado. Una coincidencia que no pasó desapercibida por los abogados querellantes, que bromeaban en los pasillos: “El que habla no es C, es Stiusso con una careta”, repetían. Después, se comprobaría que, aquí también, la realidad supera a la ficción. Pero la declaración de Abolgashem Mesbahi no sólo se pareció a la de Stiusso sino también a otra que el mismo testigo prestó en noviembre del año pasado ante la SIDE, sin autorización del juez Juan José Galeano, que se enteró tarde y puso el grito en el cielo. ¿Le “dictaron” a “C” aquella declaración y también esta? Nadie se anima a afirmarlo públicamente, pero las sospechas son evidentes. Los más desconfiados, recuerdan que Stiusso es un fervoroso adherente a la teoría de que los policías bonaerenses no tuvieron nada que ver con la “conexión local” del atentado. Desde Berlín, “C” apoyó esta hipótesis y hasta la llevó al extremo: dijo, directamente, que los terroristas enviados por Irán no utilizaban contactos locales o, en todo caso, aquellos nunca sabían lo que se estaba preparando. Con el Código Penal argentino en la mano, habría que decir entonces que los cuatro policías bonaerenses y el mismísimo Telleldín mal podría ser partícipes necesarios del atentado. Ante tal perspectiva, dicen en Tribunales que algunos querellantes no estarían dispuestos a ceder ni un centímetro más, y hasta se preparaban a pedirle al Tribunal Oral que investigue y la SIDE que aclare qué hacía Stiusso en Alemania. (Especial de Diariodeljuicio.com)
ANIVERSARIO. Una clásica tribuna de la dirigencia judía para mensajes duros y directos se convirtió en los últimos años la conmemoración del aniversario del levantamiento del ghetto de Varsovia, evocando a los mártires judíos que se alzaron contra la maquinaria genocida nazi en la Segunda Guerra Mundial. Tal como viene sucediendo en los dos últimos años, el tema del juicio va a ser una de las cuestiones centrales de la alocución del actual presidente de la DAIA, José Hercman. Lejos de configurar un discurso de campaña –hay elecciones en la DAIA el 17- las palabras del día 13 seguramente van a hacer hincapié en lo que para la alta dirigencia judía de una percepción se convirtió en una convicción, el juicio oral va a terminar investigando a la justicia argentina y al gobierno de Menem, y no a los que están sentados en el banquillo: Telleldín y los policías de La Bonaerense. Incluso el lugar escogido para el acto está cargado de simbología, la Fundación Memoria del Holocausto, aquel viejo edificio de la Italo, hoy reciclado luego de que lo recibieran de mano del ex presidente Menem. Justamente la casualidad quiere que el socio fundador y primer presidente de esa institución, Gilbert Lewi, escuche desde la primera fila el discurso de Hercman, a quien aspira suceder en la elección de la semana siguiente. Seguramente los medios reflejarán con importantes títulos ese mensaje, pero luego todo se volverá a diluir en el prolongado y tedioso juicio que sólo unos pocos valientes, como Diariodeljuicio.com pueden vanagloriarse de haber cubierto en todas y cada una de sus jornadas. Está siendo tan largo este juicio que incluso el departamento de prensa de la DAIA, en muchas ocasiones sólo se dedica a hacer una simple tarea de recortes de lo aparecido en los grandes medios nacionales, ubicándose en el espacio del receptor agradecido del día después y no del emisor comprometido que debería ser.
INJUSTA JUSTICIA. Quizás el martes próximo se pueda poner fin a uno de las más ridículos e in entendibles conflictos que la justicia nos regaló en los últimos tiempos. Que dentro de un poder del estado por trabajar en una oficina de distinto piso, unos cobren y otros no los a esta altura famosísimos 200 pesos, muestra que en la Argentina, salir bien o mal parado de alguna situación, es sólo cuestión de suerte. Tan hondo llegó el conflicto provocado por el lógico malestar de las bases, que hasta los popes del Ministerio Público no dudaron en poner la firma a un recurso de amparo en favor de los fiscales, defensores y sus empleados también marginados del aumento. Lindo ejemplo para la ciudadanía que muestra que no hay más remedio que recurrir a los amparos para que la justicia se expida sobre lo obvio. Poner en marcha el pesado engranaje de los tribunales para cuestiones que hasta por su precedente son de puro derecho, es como mínimo un despropósito, forzado por falsas rivalidades y cuestiones de cartel entre el Consejo y la Corte. Los muchachos además tienen sus esperanzas puestas en el acuerdo de este martes. Sucede que varios sectores que gestionan el aumento a los empleados de Corte y del Ministerio Público tuvieron un encuentro el pasado martes con el nuevo supremo Eugenio Zaffaroni, y habrían tomado como “guiño” de un posible voto a favor la buena predisposición del flamante juez, que escuchó atentamente los planteos al respecto y “pareció comprenderlos”. Por las dudas, desde la Unión de Empleados de la Justicia Nacional (UEJN), se confirmó una nueva protesta para el acuerdo previsto para ese mismo día a las 10:30 en las escalinatas del Palacio, reclamo que pareciera plantearse esta vez como una reunión expectante a la espera de la fumata blanca.