La ley 24.452, en el artículo 36, impone responsabilidad al titular de la cuenta cuando la firma del cheque fuera falsificada y no resultara visiblemente manifiesta, pero requiere que sea hecha “en alguna de las fórmulas entregadas de conformidad con lo dispuesto en el artículo 4 y la falsificación no fuese visiblemente manifiesta".
En este caso, los camaristas afirmaron que “las firmas de los libradores son falsas, pero no han sido puestas en formularios entregados por el banco al cuentacorrentista sino en unos apócrifos; es decir, no se puede reprochar a la actora culpa o negligencia en el cuidado de la libreta de cheques con la que se pudiera favorecer la actuación de quién pretendiera defraudar. De tal modo, la situación que se presenta es la de firmas falsas puestas en formularios de cheques que no son auténticos, con lo cual no se trata del supuesto previsto en el artículo 36 de la ley de cheques”.
Hasta la fecha del débito ningún cheque correspondiente a la libreta del actor había sido presentado, incluso aparecen débitos que corresponden a diferente cuaderno de cheques aspecto que también pudo haber sido observado por el banco para analizar que los presentados se correspondían a una chequera que todavía no se encontraba en uso.
Los dos cheques, librados el mismo día por un valor cada uno de 49 mil pesos, fueron ingresados por vía de cámara compensadora (clearing), “lo que habilitaba al banco para examinar adecuadamente el título recibido y formular los reparos pertinentes”, argumentaron los camaristas, agregando que “el sistema bancario cuenta con reglamentaciones que autorizan reafirmar lo concluido”.
Si bien fue reconocido el reclamo de la accionada para enmendar la pericia caligráfica, logrando que se acepte que los cheques "no cuentan con las medidas de seguridad establecidas por el B.C.R.A." ya que concluía anteriormente que el soporte con el que se realizó el fraude fue “autentico”, los magistrados reafirmaron lo decidido por el a quo al concluir que la responsabilidad fue del Banco Roberts, porque los cheques no fueron sacados de la chequera entregada por la entidad al cliente, sino que eran falsificados, punto fundamental de esta decisión.