Así pasó la primera indagatoria de las tres que dispuso el juez Rodolfo Canicoba Corral a los personajes más comprometidos por el arrepentido ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto.
Como toda defensa, el ex senador salteño -que se hizo célebre por admitir la coima ante una periodista, aunque luego se desdijo- presentó un escrito de unas seis carillas, donde niega las imputaciones de Pontaquarto “en términos muy generales”, según confirmó una fuente de la investigación a Diariojudicial.com.
Se supo además que en el escrito Cantarero descalifica “con golpes bajos sobre la vida íntima” a Pontaquarto. Según trascendió, el ex senador reseña que le prestaba dinero al ex secretario parlamentario y que dejó de hacerlo cuando supo que tenías “problemas con el juego”.
“Teníamos preparadas 200 preguntas y en el escrito deben quedar contestadas a lo sumo dos”, remarcó la fuente. También se negó a reconocer si Pontaquarto le entregó el papel con los nombres de ocho senadores y los montos que habría recibido cada uno.
Distinta fue la versión que sobre el mismo hecho dio el abogado de Cantarero, Andrés Marutián, cuando se retiraba del edificio en diálogo con la prensa: “nosotros sabíamos qué nos iban a preguntar y en el escrito contestamos todo”, remarcó.
Sin embargo, enseguida aclaró que no pudo leer las más de 1.200 fojas que se incorporaron al expediente recientemente porque el juez se las puso a disposición recién antes de la indagatoria de hoy.
En el Juzgado, las fuentes lo retrucaron: “eso es lo que dice el Código de Procedimientos, pero se le ofreció (al abogado) que leyera completo el material y eso quedó asentado en el acta de la audiencia”, remarcaron.
A lo único que accedió el ex senador fue a realizar un “cuerpo de escritura” que servirá para una nueva pericia sobre el papel. En primera instancia, el abogado Marutián quiso evitar el trámite, argumentando que la presencia de un perito calígrafo en el acto podría “direccionar” el resultado.
La respuesta del juez Canicoba y su secretario no se hizo esperar: amenazaron con suspender la audiencia, y fue cuando Cantarero terció. “Yo quiero hacerlo”, comunicó en voz baja. Escribió letras, números, textos y dejó estampadas varias firmas, remarcaron los informantes.
Otra fuente presente en la audiencia remarcó que entre los números que estampó Cantarero en el cuerpo de escritura y los que figuran en el supuesto “recibo” de la coima había “cierto parecido”. Ahora, el juez deberá ordenar una nueva pericia, aunque no se descartó que se realice cuando se cuente también con la grafía de otros senadores o de colaboradores del ex senador salteño.
Cantarero es uno de los más comprometidos en la maniobra de las coimas según la versión que brindo Pontaquarto, quien los señaló como el legislador que recibió los 4.300.000 pesos para repartir entre los senadores justicialistas.
Falso testimonio para Gladys
Por otro lado, trascendió que en las próximas horas el juez Canicoba denunciará a la ex secretaria de Fernando De Santibañes, Gladys Mota, por falso testimonio. Hoy, los fiscales ya presentaron el pedido, que de concretarse convertiría a la mujer en la segunda imputada por este delito. El primero fue el chofer Alberto Ruidía, otro empleado del ex jefe de la SIDE.
Mañana será la hora de De Santibañes, quien también será sometido a una declaración indagatoria. A diferencia de Cantarero el ex jefe de la SIDE nunca fue indagado por el escándalo de las coimas. Otro contraste es que, según se dijo cerca del Señor 5 de De la Rúa, el banquero planea hablar y mucho.
Dicen que De Santibañes quiere demostrar cómo se gastó el presupuesto reservado de la SIDE, para que se compruebe que no salió de allí el dinero para las coimas. En los cuarteles del ex Señor 5 aseguran que revelará que el dinero se usó en operaciones secretas aquí y en el exterior.
En rigor, De Santibañes sólo fue habilitado por un decreto presidencial para hablar de lo que tenga relación con el caso coimas, pero fuentes judiciales admitieron que será difícil evitar que revele lo que quiera, porque se podría afectar el derecho de defensa.