En este sentido, los jueces le atribuyen a Báez haber utilizado “el mismo índice y estructura general del libro, contenido, citas y presentación de los temas”, aunque fuentes judiciales revelaron lo más insólito de este caso al asegurar que son en realidad investigados los tres implicados en la historia.
Es que, durante el proceso, Báez dijo que la obra de Bergés y Giúdice Bravo “no merece protección legal ya que lejos de poder ser considerada original y novedosa, tan sólo recepta copias parciales de libros anteriores”, por lo que pasó de acusado a acusador.
Ante esta nueva denuncia, la Cámara ordenó “extraer testimonios” para iniciar una nueva causa, en la que los investigados serán, precisamente, Bergés y Giúdice Bravo.
El fallo de Cámara trata sobre el primer eslabón de esta supuesta cadena de plagios, siendo el eje central Báez, procesado por la autoría de su libro “Lineamientos de la Estafa Procesal”, porque se supone que plagió el contenido del libro “La Estafa Procesal”, de Bergés y Giúdice Bravo escrito en 1993.
Al respecto, los camaristas consideraron que el libro de Báez, publicado en 2001, en comparación con el de Bergés y Giúdice Bravo, contiene “no sólo semejanzas sino literalidades, detalladas por los peritos, que excederían lo que puede considerarse producto de la influencia de un autor sobre otro”.
Fuentes cercanas a la investigación precisaron además que el libro original por el que se investiga el comienzo de esta supuesta cadena de plagios sería de un autor español, aunque oficialmente no se han hecho mención a este detalle, mientras que la resolución de Cámara no lo menciona, aunque sí precisaron que “ante la posibilidad de la comisión de un delito de acción pública, corresponde extraer testimonios y remitirlos a la oficina pertinente”.